Apuntes para una historia universal
Los orígenes de la civilización
Una cultura es un conjunto de conocimientos, habilidades,
comportamientos y creencias que pueden pasar de una generación a otra en una
comunidad. Todas las civilizaciones son culturas pero todas las culturas no son
civilizaciones. Una civilización es una cultura que tiene una organización
urbana y un medio para preservar y comunicar sus conocimientos, habilidades y
creencias. Una civilización posee una organización política y económica que
permite el ejercicio del poder sobre un extenso territorio, así
como llegar con efectividad a regiones fuera de su control.
Una civilización es inconcebible sin una biblioteca que preserve sus registros
necesarios para mantener el control de las complejas actividades comerciales,
políticas y sociales que desarrolla. La biblioteca es, a la vez, un repositorio
y la base de nuevas invenciones intelectuales.
Las ciudades, como un nuevo tipo de comunidad, con una
organización interna política y social, crearon la necesidad de nuevos y
mejores productos de la imaginación humana Se estimuló, por tanto, la invención
y la especialización en diferentes áreas de la actividad, como sucedió, en un
principio, en las ciudades agrícolas.
La civilización sumeria
Las primeras ciudades se construyeron en Mesopotamia, junto
a un valle situado entre las riberas del Tigris y el Éufrates. Los sumerios,
sus constructores, también inventaron la escritura. La civilización
mesopotámica se desarrolló entre el 3 500 y el 1 500 a .n.e. Es
precisamente, hacia el 3 500
a .n.e. que los sumerios comenzaron a utilizar símbolos
para representar primero los números y luego las palabras.
Asimismo, entre el 3 500 y el 3 100 a .n.e. sus pobladores
comenzaron a utilizar sellos cilíndricos para distinguir las mercancías que se
intercambiaban en el sistema comercial del valle.
Los sumerios crearon enormes templos de piedra, diseñaron
esculturas y utilizaron el cobre y la plata para elaborar diferentes tipos de
vasijas. También desarrollaron la escritura como vía para registrar el curso de
sus complicadas transacciones comerciales, y por cientos de años, la escritura
sólo se utilizó para los limitados propósitos del comercio. Fueron precisamente
los sacerdotes, desde sus templos, los que llevaron con cuidado el registro de
las operaciones comerciales realizadas en las nuevas ciudades.
Resulta un tanto extraño que sea exactamente en el registro
de las operaciones de negocio donde se ubica el nacimiento de la civilización,
la escritura permitió a los sumerios realizar complicadas transacciones,
imposibles sin el registro escrito. La complejidad es el distintivo de la
civilización.
Entre el 2 370 y el 2 200, bajo los reinos de Sargón de
Agade y de sus sucesores, se utilizó, por primera vez, la escritura con propósitos
diferentes a los del comercio. Ellos constituyen los primeros registros
escritos de las ideas religiosas de un pueblo de la antigüedad y de su
conciencia histórica. Entre el 2 200 y poco antes del 2 000 a .n.e., se desarrolló
una escritura pictográfica con formas abstractas, llamada cuneiforme más
compacta y versátil que la anterior. Entre el 1 792 y el 1 750, se creó del
código de
leyes de Hammurabi, un libro legal exhaustivo que contenía
un conjunto de regulaciones comprensibles y estándares para todos los
habitantes del reino. Sus regulaciones conformaron la base de las innovaciones
económicas y sociales porque el conocimiento de la ley hizo que los mercaderes
y los oficiales subordinados pudieran actuar de forma independiente.
Fuente: Apuntes para una historia universal
Lic. Rubén Cañedo Andalia,1 Lic. Caridad Karell Marí2
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