CARACTERÍSTICAS SOCIO-ECONÓMICAS. Bajo nivel de la técnica (instrumentos de
producción sencillos y baratos). Se da una producción de carácter individual,
ya que la división del trabajo está en una fase de desarrollo muy primitivo.
- Producción autárquica para satisfacer las
necesidades inmediatas del hogar o comunidad aldeana, y no las de un mercado
más amplio;
- Cultivo de las tierras del señor mediante
la prestación obligatoria de servicios;
- Detentación por parte del señor de
funciones judiciales respecto a la población dependiente de él;
- Descentralización política y
fragmentación del poder público;
- Desarrollo elevado de los lazos de
dependencia de hombre a hombre, con una clase de guerreros especializada, que
ocupa los peldaños superiores de dicha jerarquía, y una clase rural, sujeta a
la voluntad del señor;
- Generalización de las concesiones de
disfrute de tierras, cargos y funciones públicas a cambio de la prestación de
fidelidad y servicios;
- Debilitamiento de la idea de Estado.
En
el aspecto social, se observa una clara compartimentación en grupos totalmente
cerrados y con escasísima movilidad social. La posesión de la tierra concede un
mayor o menor «status» social en unas estructuras ruralizadas. Se presenta una
sociedad estructurada en base de vínculos de dependencia. A escala superior o
noble son vinculaciones de persona a persona, estableciéndose la relación
beneficio-vasallaje (rey-noble). A escala inferior, son vinculaciones económicas:
el siervo-campesino queda vinculado a la tierra y al señor del dominio.
La
pirámide social había de mostrarse claramente jerarquizada:
1) El Rey ocupa honoríficamente la cúspide. Es
la autoridad máxima de derecho, aunque, de hecho, sólo lo es en sus dominios
(señoríos reales). Es el único que se considera señor, y no vasallo. Por lazos
de vasallaje se le vinculan los habitantes del reino. Este monarca débil no era
sino el «primum inter pares», y se ha afirmado que la sociedad feudal hubiese podido
prescindir de él, logrando un desarrollo similar;
2) Grandes señores del reino: duques, condes,
marqueses, barones, vizcondes. Ocupaban los llamados «feudos de dignidad», que
correspondían a los antiguos distritos territoriales del Imperio de Carlomagno,
concedidos por el Rey directamente. Aprovechándose de la crisis del poder real,
aumentan sus derechos y privilegios;
3) Feudos militares: los grandes señores
dividían su extenso feudo a sus vasallos guerreros, que poseían un castillo. A
su vez, estos señores guerreros podían, también, subdividir su feudo, dando
origen a los «feudos de caballería o de caballero». Éstos eran pequeños
territorios, cuya producción económica era suficiente para mantener a un
caballero que prestase a su señor ayuda militar en caso de requerimiento;
4) El campesinado: era la base de la sociedad
feudal. Su posición social venía determinada por la relación del individuo con
la tierra. Podían distinguirse:
a) Los «servi quotidiani», que trabajaban la
«terra indominicata», de usufructo exclusivo del señor. Jurídicamente, pueden
ser considerados como esclavos.
b) Los colonos trabajaban sus propiedades
(«mansus»). Si jurídicamente eran libres, su libertad estaba restringida por
las numerosas obligaciones de servicio con respecto al señor feudal. Estas
obligaciones - a cambio de las cuales obtenían protección del señor en caso de
guerra - eran: cultivar obligatoriamente su parcela; la práctica de «corveas»,
es decir, trabajar gratuitamente las tierras del señor en ciertas épocas del
año (siega, vendimia, etcétera) o algunos días a la semana; pagar cierta
cantidad por utilizar los servicios comunales del feudo (molinos, lagares,
etcétera), todos ellos propiedad del señor; pago de la «talla», tributo que el
señor podía exigir en caso de necesidad, solicitar el permiso oportuno para
poder contraer matrimonio;
5)
El comerciante: de escasa importancia y número, ya que en los pequeños mercados
semanales es el propio campesino el que vende los excedentes de su producción.
Cuando en el feudo hay déficit o superávit, son los agentes del señor los
encargados de realizar las transacciones. En pequeña escala se da un comercio
de lujo en manos de extranjeros, generalmente judíos;
6)
El artesanado es también escaso en un sistema de autarquía económica. Existen
los talleres del señor, como el gineceo, formado por las mujeres e hijas de los
«servi».
Vistos los lazos de dependencia del colono con respecto al señor, cabe
decir que este señor o vasallo noble debía prestar a su superior - de quien
había recibido la investidura del feudo - las siguientes ayudas: el «auxilium»
(ayuda militar para grandes expediciones); la prestación de cabalgada (ayuda
militar para acciones devastadoras); la guardia o vigilancia armada; el
«consilium», es decir, aconsejar al señor y acompañarlo en la corte señorial.
Todas estas obligaciones del vasallo iban precedidas del juramento de
fidelidad.
Económicamente, la
Europa feudal depende del campo. La célula económica
fundamental es el feudo, que tiende a ser autosuficiente por la inexistencia
del comercio, que prácticamente ha desaparecido por la baja demografía, la
dificultad de las comunicaciones (inseguridad) y el desorden monetario. La
agricultura es extremadamente pobre, con instrumentos muy rudimentarios: arado
sin vertedera, tirado por hombres; pobre abonado y sistema de barbecho de
alternancia triple (un tercio del terreno quedaba en barbecho, mientras que los
otros dos se cultivaban con cereales estivales e invernales). Con estos medios,
la productividad era muy baja. Por ejemplo, teniendo en cuenta la relación
entre simiente plantada y cosecha, algunos lugares producían: por un gramo de
trigo sembrado se recoge 1,7; cebada:1=1,6; centeno:1=1 (rendimiento 0).
Para
su explotación, el feudo se dividía en:
a)
«Terra indominicata». Es la reserva señorial, explotada directamente para el
señor. Son las mejores tierras del feudo. En ella están la residencia del señor
y los servicios comunes del feudo;
b)
«Los mansus» son las porciones de terreno en que se divide el resto del
señorío. En teoría son suficientes para alimentar a una familia de colonos:
c)
«Las communia». Tierras de aprovechamiento comunal (montes, prados).
Fuente: Enciclopedia Temática Lafer