HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Enajenado de alegría por el afortunado comienzo hizo que
todos juraran lealtad al nuevo régimen. Dio otra arenga en la que dijo que no
descansaría hasta ver a los criminales de noviembre derrocados, hasta que
Alemania volviera a tener poder y grandeza, libertad y esplendor.
Un error desmoronó su plan. Se alejó por unos minutos de la
cervecería y los tres jefes del gobierno huyeron. El ejército comenzó a aplacar
el alzamiento. Se ordenó la disolución del partido Nacional Socialista de
Trabajadores Alemanes y de las ligas combatientes. Hitler había planeado un
golpe militar, quería una revolución con las fuerzas armadas, no contra ellas.
Ludendorff, el legendario jefe militar, le propuso marchar hacia el centro de
la ciudad y apoderarse de él. La policía y el ejército jamás se les opondrían.
A las 11 de la mañana del 9 de noviembre Hitler y Ludendorff
enfilaron una columna con trescientos hombres hacia el centro de Munich. Iban
con la svástica y un camión cargado con ametralladoras. Las fuerzas de asalto
llevaban carabinas y Hitler su revólver. Hubo disparos con la policía, se cree
que el führer hizo el primero. Dieciséis nazis y tres policías murieron. Hubo
heridos y el resto cayó a tierra. Hitler fue arrestado y también Ludendorff. En
pocos días, los jefes rebeldes fueron cercados y encarcelados. La intentona
nazi había terminado en un fracaso. El partido fue disuelto. Aparentemente el
nacional socialismo estaba muerto. La carrera de Hitler al poder fue brevemente
interrumpida, sin embargo, usó el juicio como plataforma para desacreditar a
las autoridades y hacer que su nombre fuera conocido más allá de Baviera.
HITLER EN CAMINO AL PODER
Hitler fue sometido a juicio. Cuando terminó, había
transformado la derrota en triunfo. Impresionó al pueblo alemán con su
elocuencia y el fervor de su nacionalismo. Su nombre apareció en los titulares.
Proclamó "yo soy el único responsable, pero no soy un criminal". Su
confianza en sí mismo estaba intacta. En prisión, esperando el juicio, prometió
no volver a cometer los mismos errores. Ya sabía cómo construir el Estado nazi.
Necesitaba al ejército alemán con él. Por lo tanto, buscó la reconciliación con
él. Ludendorff fue absuelto. Hitler y otros acusados fueron encontrados
culpables y fue sentenciado a 5 años de prisión en Landsberg. Nueve meses
después, el 20 de diciembre, Hitler era excarcelado y en libertad podía
continuar su lucha: derribar el estado democrático.
Hitler se había convertido en famoso y para los ojos de
muchos, era un patriota y un héroe. La propaganda nazi convirtió este episodio
en una leyenda del movimiento. En su prisión Hitler era tratado con honores.
Tenía una habitación para él solo. Convocó a Hess y empezó a dictarle su libro:
"Mi Lucha". El libro tenía poco de autobiográfico. Durante su primer
año de canciller fue el autor más próspero de Alemania. Y por primera vez era
millonario. En el régimen nazi el libro se leyó tanto como la Biblia. Era casi
obligatorio leerlo y las familias se sentían protegidas si tenían el libro en
sus hogares. Si este libro se hubiese leído antes, quizás el mundo se hubiera
librado de una catástrofe. Ahí se exponía la clase de Alemania que pretendía
hacer si llegaba al poder y la clase de mundo que quería crear mediante la
conquista armada alemana.
La impronta del Tercer Reich y el bárbaro orden que Hitler
impuso entre 1939 y 1945 se hallan expuestos con aterradora crudeza y con gran
extensión y detalle en ese libro. El concepto de la vida que ahí se detalla fue
abrazado fanáticamente por millones de alemanes y produjo la ruina de
muchísimos seres humanos decentes y sin culpa. Como pretendía lograr un nuevo
Reich:
· Ajustando las cuentas con Francia.
· Expandiéndose hacia el este, sobre todo a costa de Rusia.
El Tercer Reich sería gobernado con el principio del
caudillaje, una dictadura. No le daba importancia a lo económico, el tema lo
aburría. Creía que ninguna política económica era posible sin una espada,
ninguna industrialización era posible sin poder. En su libro, Hitler deambula
de un tema en otro. Escribió sobre todo: cultura, educación, teatro y cine.
También escribió sobre lo que será la eugenesia del Tercer Reich: el matrimonio
no puede ser un fin en sí mismo, sino que tiene que servir para su meta más
alta: el aumento y la conservación de la especie y de la raza.
Veía toda vida como una eterna lucha y el mundo como una
selva en la que sobrevivían los más capaces y gobernaban los más fuertes: un
mundo donde una criatura se alimenta de otra y donde la muerte del más débil
implica la vida del más fuerte. El fuerte debe dominar y no mezclarse con el
débil, sacrificando así su propia grandeza...los que deseen vivir deben luchar
y los que no quieran luchar no merecen vivir. ¿Quién era el fuerte, en valor y
habilidad, el favorito de la naturaleza? El ario. Este era el meollo del
ideario nazi: la concepción de una raza superior era la base del Tercer Reich y
del nuevo orden de Hitler en Europa.
Los arios han logrado tantas cosas y conquistado supremacías
pisoteando a los demás, pensaba. Hitler se revela en su libro con un sadismo
difícil de entender. Para él, la mezcla de sangres, era un error cardenal. Ella
mata a las viejas culturas y los hombres pierden resistencia.
Todos los que en este mundo no son de buena raza pertenecen
a la broza, dice. ¿Y quién es la broza? Los judíos y los eslavos. Hitler llegó
a prohibir el matrimonio entre alemanes y algún miembro de estas razas. Era
ignorante de la historia y de la antropología. Para él los alemanes son la más
alta especie en la humanidad que existe sobre la tierra y lo seguirán siendo si
velan con cuidado por la pureza de su propia sangre.
Dice: "el Estado Popular debe colocar a la raza en el
centro de toda vida, debe tomar las medidas necesarias para que solamente las
personas saludables puedan engendrar hijos. Sólo hay una desgracia: traer hijos
al mundo a pesar de las propias enfermedades y deficiencias. Es reprensible
privar a la nación de hijos saludables".
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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