CAUSAS DEL CAMBIO. ¿Cuáles fueron las causas determinantes del cambio?


CAUSAS DEL CAMBIO.  ¿Cuáles fueron las causas determinantes del cambio?

    A partir de mediados del siglo XII, Europa vive un extraordinario desarrollo demográfico.

    Puede calcularse que en doscientos años, la población pasó de 50 millones (hacia el 1100) a 75 millones de habitantes (hacia el 1300). Este aumento de la población se explica por las mejoras en las condiciones de vida, y producirá como consecuencia un rápido desarrollo agrícola, comercial y manufacturero para atender a estas nuevas bocas.

    Se aumenta la extensión de las superficies cultivadas, se producen importantes avances técnicos (arado de ruedas y vertedera, amplia utilización de los molinos de agua y viento, mejores aparejos para el caballo, cuyo uso como animal de tiro se generaliza, etcétera), que harán aumentar los rendimientos agrícolas y mejorar la base alimenticia, lo cual redundaría en un descenso de la mortalidad y en un aumento de la natalidad. Estamos claramente ante una reacción en cadena.

    Por otra parte, el incremento de la producción supondrá importantes excedentes agrícolas, que van a ser vendidos en la ciudad.

    Los productores directos comenzaron a enriquecerse, y el dinero comenzó a afluir al campo, aunque fue realmente invertido en la ciudad.

    Las mejoras técnicas dejaron sin trabajo en los feudos a multitud de siervos, que empezaron a afluir a la ciudad en forma de peonaje barato y sin cualificar.

    Las ciudades iban a enriquecerse rápidamente, pues, al aumentar el poder adquisitivo del campesino, éste se acostumbró a adquirir los productos manufacturados y los bienes de lujo que los artesanos y comerciantes de la ciudad les venden. Puede hablarse ya de una economía de mercado.

    Las ciudades antiguas renacen, aumentan rápidamente sus efectivos demográficos, con lo que se hace necesaria la construcción de nuevas viviendas, que, por necesidades de espacio, surgen fuera de las murallas antiguas: serán los llamados burgos, y burgueses serán los que habiten en ellas.

    La artesanía adquiere en la ciudad considerable desarrollo y los artesanos se agrupan en gremios según sus especialidades.

    El gremio sería una unidad económica formada por aprendices, oficiales y patronos; su misión sería la de defender los intereses de sus asociados, evitar la competencia, fiscalizar la producción, fijar los precios y los horarios de trabajo, los beneficios de venta, etcétera.

    Precario y lento hubiese sido el desarrollo de las ciudades si no hubiese sido por la adición de un nuevo e importantísimo factor: el renacimiento del comercio de larga distancia, regido por una muy importante burguesía comercial, que obtiene fabulosos beneficios acaparando inmensas fortunas.

    Si el gremio había sido un sistema de producción limitado a abastecer a la ciudad y a su entorno, es decir, sin amplitud de miras, por el contrario, la burguesía comercial tiene auténtico espíritu de empresa capitalista.

    Diversos factores habrían de propiciar este «gran comercio». Hay que tener en cuenta, en primer lugar, la pacificación y mejora de las rutas marítimas y terrestres por la decadencia de la piratería sarracena, el valladar a la expansión húngara que había significado la victoria del Emperador Otón I y el Sacro Imperio Romano Germánico y el asentamiento definitivo de los normandos. Por otra parte, las Cruzadas abrieron y vitalizaron la ruta del Mediterráneo.

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL En muchas ciudades ni siquiera podían comprar alimentos

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En muchas ciudades ni siquiera podían comprar alimentos. Las puertas de las carnicerías, panaderías y lecherías lucían letreros con la leyenda no se admiten judíos. Las farmacias no les vendían remedios y los hoteles no los alojaban. Los nazis también comenzaron una guerra contra las iglesias cristianas. Algunos pasos que dieron contra la Iglesia Católica fueron la ley de esterilización; la disolución de la Liga Católica; el arresto de monjas y sacerdotes por inmorales o tráfico de divisas extranjeras y la prohibición de publicaciones católicas.
En la noche del 10 de mayo de 1933, unos veinte mil libros fueron quemados por estudiantes. Algunos de los autores eran Thomas Mann, Albert Einstein, Jack London, Helen Keller, Emile Zola y Proust. Quedaba prohibido cualquier libro que obre contra el futuro alemán, la patria y las fuerzas impulsoras del pueblo.
Se comenzó a reglamentar la cultura. El Reich debía determinar las líneas de progreso mental y espiritual. Se establecieron siete subcámaras para la guía e inspección de todas las esferas de la vida cultural. Los judíos fueron desterrados de las orquestas y prohibida la música de Mendelssohn porque era de esa raza. Goebbels, ministro de propaganda, daba todos los días instrucciones a los diarios y corresponsales sobre qué noticias publicar y cuáles suprimir, cómo redactarlas e, incluso, los titulares. La ley de prensa del Tercer Reich decía que los directores debían ser arios, limpios, alemanes y no estar casados con judías.
Tenían el control total de la prensa. La radio y el cine también estaban acorralados para servir la causa nazi. El Tercer Reich también controlaba la educación. La instrucción era espartana, política y marcial. Había servicio laboral obligatorio y luego servicio militar. La idea era coger a la juventud.
Centros escolares fueron nazificados. "Mi Lucha" fue declarado órgano oficial de educación, mientras a los judíos se les prohibía enseñar.
El ministro de educación del Reich nombraba a los rectores. Se falseó la historia y se enseñó ciencias racistas. De los 6 a los 10 años, los niños debían hacer un aprendizaje para las juventudes hitlerianas.
A los 10 años, después de aprobar ejercicios de atletismo, prácticas de campamento y de historia nazificada, pasaban a las juventudes donde juraban lealtad al Führer hasta dar la vida por él.
A los 14 años ingresaban a la juventud propiamente tal, hasta los 18 años. Luego venía el servicio al trabajo y al ejército. Había una vasta organización. También para las muchachas. Tenían uniformes, les daban instrucciones y hacían marchas donde las adoctrinaban. Las mujeres debían ser madres saludables de hijos igualmente sanos.
Existía la BDM (Bund deutscher maedel). Eran muchachas de 18 a 21 años que hacían un año de servicio en granjas. A fines de 1938, las juventudes hitlerianas tenían siete millones 700 mil afiliados. En marzo de 1939 se dictó una ley que obligaba enrolarse.
Las juventudes eran educadas para tener cuerpos sanos y fuertes; fe en el futuro de la patria y en ellos mismos; además de un sentido de hermandad y camaradería. La dictadura nazi no se atrevió a suprimir las inmensas propiedades feudales, pero hizo programas agrícolas que estimulaban al campesino.
Se redujo la cesantía; la producción nacional subió en un 102% entre 1932 y 1937, mientras la renta nacional fue duplicada. Estimuló el trabajo por medio de grandes obras públicas y apoyó a la empresa privada. La base de la recuperación alemana fue el rearme. Era una economía de guerra, movilizada para ella. La industria pesada se benefició con estas acciones.
Los obreros no tenían derecho a huelga, ni a sindicatos. Por lo tanto, eran siervos industriales a quienes les fijaba el salario. Las leyes restringían, además, la posibilidad del obrero para cambiarse de trabajo.
En 1938 la ley instituyó el reclutamiento para el trabajo. Obligaba a trabajar donde el estado determinara. La fuerza de la alegría era la forma en que se trataba de controlar esparcimiento de los obreros. Se organizaron clubes y viajes de excursión a los Alpes bávaros. Se controlaban hasta los deportes.
Hitler era la ley. Goering dijo a los fiscales, que las normas y la voluntad del Führer eran lo mismo. Con el tiempo se estableció el temido tribunal del pueblo. La Gestapo también era ley, la policía secreta del Estado. Primero fue un instrumento personal de Goering para infundir temor, detener y asesinar a los adversarios del régimen. En 1934, el mismo Goering nombró a Himmler lugarteniente de la Gestapo. Las órdenes y las acciones de esta policía no estaban sometidas a revisión judicial.
Los primeros campos de concentración brotaron como hongos durante el primer año de gobierno nazi. A finales de 1933 habían unos 50. Se arrestaba para custodia protectora. A principios del régimen nazi había entre 20 y 30 mil presos. Luego serían millones. El 16 de junio de 1936 se estableció una policía unificada para todo el Reich, con Himmler al frente. El Tercer Reich había llegado a ser un estado policíaco. El 25 de julio de 1934 los nazis asesinaron al canciller austríaco Dollfuss, en Viena. Por radio se informó que había dimitido, pero la sublevación nazi fracasó. Hitler perseguía incansablemente su programa de rehacer las fuerzas armadas y procurarles armamentos. El ejército debía triplicarse en un año.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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LOS NUEVOS ESTADOS.


LOS NUEVOS ESTADOS.  La creación de Estados nacionales autoritarios va a ser general en toda Europa. Curiosamente, Italia y Alemania, que habían conocido una rica vida urbana, política y económica, se mantendrán al margen, hasta el siglo XIX, del proceso de unificación.

    Surge el concepto de nación, definiendo el termino a un territorio y a un pueblo regido por un monarca y unido por una misma lengua y una cultura común.

    Las nuevas monarquías autoritarias van a tener unas características que explican su nacimiento y desarrollo. Superada la crisis del siglo XIV, la economía volvió a renacer, y hacía falta un poder fuerte para regularla, dirigirla, protegerla de la competencia exterior y acrecentarla. El logro de la supremacía monárquica no iba a ser fácil, al haber cuatro fuerzas que se oponían a ella: la nobleza feudal, la burguesía municipal, el Papado y el Imperio. La mayor parte de estas fuerzas se habían autodestruido en las repetidas crisis del siglo XIV, como hemos visto, y la oposición al creciente nacionalismo habría, pues, de ser mínima, sobre todo si tenemos en cuenta que el monarca iba a encontrar un fuerte apoyo ideológico en el Derecho romano: se consideraba que la autoridad real proviene de Dios, y de Él ha recibido el monarca sus territorios y el poder para gobernarlos. El monarca iba a asumir la soberanía nacional y sería la personalización simbólica de la nación y de sus ideales colectivos. Teóricamente, las nuevas monarquías van a tratar de fundir lo viejo con lo nuevo. Por un lado, se conservan instituciones medievales (Consejos Municipales, Parlamentos, Cortes, aunque pierden casi totalmente su autoridad y no sirven más que para ratificar las decisiones regias), a la vez que se crean instrumentos de Gobierno, leyes e instituciones sobre los que descansa la nueva organización del Estado: un fuerte ejército permanente de carácter mercenario, que depende directamente del Rey, que lo costea con los fondos públicos y que va a ser una poderosa baza que oponer a la levantisca nobleza feudal y a las ambiciones de otros Estados, y una burocracia especializada que permite al Rey fiscalizar y dirigir la vida económica, la recaudación de impuestos, la administración de justicia, etcétera.; y una diplomacia de carácter permanente.

    Se da, en definitiva, el paso de la monarquía feudal (en la que el Rey es una figura meramente representativa, «primum inter pares») a la monarquía nacional, en que el Rey será la cabeza del Estado y donde su autoridad será indiscutible.

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

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