HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
El 12 de marzo las tropas alemanas entraban por raudales en
Austria. Pronto caería Checoslovaquia.
Hitler se puso en camino a su país, donde recibió una
bienvenida tumultuosa y mandó a hacer una ley que lo proclamaba presidente.
Austria era, ahora, una provincia del Reich. Detuvieron a 79 mil personas que
no eran de fiar.
Dijo al pueblo: "no hemos venido como tiranos sino como
libertadores".
Miles de judíos fueron arrestados, encarcelados y sus
posesiones confiscadas o robadas. Tal vez la mitad de los ellos, unos 90 mil,
compró su libertad para huir entregando a los nazis lo que poseían. Comenzó,
con esto, el lucrativo negocio de la libertad humana. Lo llevó a cabo una
organización llamada Oficina para la Emigración Judía, única agencia nazi
autorizada para expedir permisos a los judíos que querían irse del país. Se
convirtió en agencia de exterminación y organizó una matanza de más de cuatro
millones de personas.
Al anexar Austria, Hitler había añadido 7 millones de subordinados
al Tercer Reich. Faltaba ahora el ataque sorpresa a Checoslovaquia. Éste era un
país de minorías. La orden de Hitler era derrocar al Estado checo, apoderarse
del país y someter a sus habitantes al mando del Tercer Reich.
Londres, París, Praga y Moscú creyeron que Europa se
encontraba cerca de la guerra. Los checos ordenaron la movilización de tropas.
Gran Bretaña, Francia y Rusia mostraron firmeza y unidad.
Los checos no estaban dispuestos a sucumbir sin defenderse.
Pero la movilización checa enfureció al Führer. Los alemanes sufrieron la
presión diplomática y Hitler gritó a sus seguidores que Checoslovaquia sería
borrada del mapa. ¡Es mi terminante voluntad!, destacó. Había tomado la
decisión para el 1 de octubre, aunque el alto mando se opusiera.
El movimiento de resistencia alemán fue reducido y débil.
Tenían pocos partidarios. Algunos conspiradores tenían planificado apoderarse
de Hitler cuando lanzara la orden de atacar Checoslovaquia y conducirlo a un
tribunal del pueblo. Querían acusarlo de intentar arrojar a Alemania a una
guerra.
Los principales conspiradores eran los generales Halder y
Beck. Hitler dijo al canciller inglés que quería a los tres millones de
alemanes que vivían en Checoslovaquia. Los británicos y franceses, que no
querían la guerra, se pusieron de acuerdo en proposiciones conjuntas que los
checos debían aceptar. Todos los territorios sudestes en los que la población
alemana era de 50% o más, serían entregados a Alemania. Así, se aseguraría el
mantenimiento de la paz y seguridad de los intereses checos. Los cancilleres
británicos y franceses les dijeron que si se negaban, no se preocuparían más
del futuro de ese país. Checoslovaquia debía, entonces, luchar sola y el
Presidente se rindió.
El 21 de septiembre el gobierno checo capituló y aceptó el
plan. No había alternativa, serían abandonados. Hitler insistió en la ocupación
de territorios el 1 de octubre. El verdadero objetivo era destruir el país con
una intervención militar. El 28 de septiembre la guerra parecía inevitable. Para
el general Halder, había llegado el momento del complot contra Hitler. El
Führer estaba en Berlín y había fijado la fecha del ataque para el 30 de
septiembre. En ese momento, el primer ministro británico logró la paz por medio
del acuerdo de Munich.
Los conspiradores se frenaron porque el peligro de la guerra
había desaparecido. Un arreglo final, el 28 de noviembre de 1938, obligó a los
checos a ceder a Alemania 28.600 kms2 de territorio.
EL INICIO DE LA GUERRA
El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas invaden
Polonia. El 3 de septiembre, Gran
Bretaña y Francia, que no habían reaccionado a raíz de la anexión de
Austria y que, en la Conferencia de Múnich, el 30 de septiembre de 1938, habían
consentido un primer desmembramiento de Checoslovaquia, declaran la guerra a
Alemania.
En Italia, Mussolini, de acuerdo con Hitler, declara el
estado de no-beligerancia; Estados Unidos proclama su neutralidad; la Unión
Soviética y Japón firman un pacto de no-agresión; la Commonwealth se alinea al
lado de Gran Bretaña.
El 5 de octubre de 1939 el ejército alemán marchaba sobre
las calles de Varsovia. La nación estaba condenada. Su caballería no podía
hacer nada contra los tanques alemanes. Los bombarderos destruyeron el sistema
de transporte de Polonia, derribaron su pequeña Fuerza Aérea y aterrorizaron a
las ciudades. Cracovia cayó el 6 de septiembre. En tres semanas, Polonia es
puesta fuera de combate por la infantería y los ejércitos blindados alemanes en
combinación con el uso masivo de la artillería y aviación. Es la guerra
relámpago o blitzkrieg.
Cuando la lucha casi había terminado llegaron del este los
soviéticos. El gobierno polaco huyó al exilio. De un millón de soldados
polacos, 700 mil fueron hechos prisioneros y 80 mil habían huido del país. Las
fuerzas de expedición alemana eran de un millón y medio de soldados y sólo
fueron dados de baja 45 mil.
La Segunda Guerra involucró a todo el mundo. India
contribuyó con 2 millones de soldados,
Canadá también mandó hombres y su armada.
Stalin decidió apostar soldados en Finlandia para evitar que
Hitler tratara de llegar a Stalingrado a través de ese país. Muchos soldados
soviéticos murieron congelados. En febrero de 1940, Stalin lo intentó de nuevo.
El 12 de marzo, Finlandia firmó un tratado de paz por el que cedía un décimo de
su territorio a la URSS.
Alemania empezó la batalla del Atlántico, la campaña más
amplia de la guerra. El 3 de septiembre de 1939 un submarino torpedeó al
trasatlántico británico Athenia, matando a 112 pasajeros. La flota alemana
aterrorizó a los aliados desde Islandia a Sudáfrica.
Mientras EEUU, en 1939, que proporcionaba armamento a Gran
Bretaña y Francia, logró mantener al ejército fuera de la guerra hasta el
ataque japonés a Pearl Harbor. Alemania estaba mejor preparada para la guerra
que ningún otro país en el mundo. Hitler había encabezado un programa de rearme
que duró 5 años. Multiplicó la producción y el empleo público, acabó el paro y
ganó la gratitud de la gente. La invasión a Polonia fue revolucionaria y los
aliados vieron que el enemigo era fuerte.
Las fuerzas alemanas eran superiores en entrenamiento,
disciplina y espíritu guerrero de soldados.
Suiza permaneció neutral siguiendo su política desde 1648.
Fue la única democracia que sobrevivió. Durante la guerra, 400 mil refugiados
se trasladaron a Suiza o la cruzaron. En 1939 los nazis reimplantaron los
guetos, allí estaban confinados los judíos y fueron establecidos en Polonia.
Las entradas eran vigiladas al igual que los movimientos.
Las condiciones de vida eran denigrantes:
Trece personas por habitación y era habitual morir
lentamente de hambre. Las madres ocultaban la muerte de sus hijos para obtener
la ración de comida que les tocaba.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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