HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL En muchas ciudades ni siquiera podían comprar alimentos

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En muchas ciudades ni siquiera podían comprar alimentos. Las puertas de las carnicerías, panaderías y lecherías lucían letreros con la leyenda no se admiten judíos. Las farmacias no les vendían remedios y los hoteles no los alojaban. Los nazis también comenzaron una guerra contra las iglesias cristianas. Algunos pasos que dieron contra la Iglesia Católica fueron la ley de esterilización; la disolución de la Liga Católica; el arresto de monjas y sacerdotes por inmorales o tráfico de divisas extranjeras y la prohibición de publicaciones católicas.
En la noche del 10 de mayo de 1933, unos veinte mil libros fueron quemados por estudiantes. Algunos de los autores eran Thomas Mann, Albert Einstein, Jack London, Helen Keller, Emile Zola y Proust. Quedaba prohibido cualquier libro que obre contra el futuro alemán, la patria y las fuerzas impulsoras del pueblo.
Se comenzó a reglamentar la cultura. El Reich debía determinar las líneas de progreso mental y espiritual. Se establecieron siete subcámaras para la guía e inspección de todas las esferas de la vida cultural. Los judíos fueron desterrados de las orquestas y prohibida la música de Mendelssohn porque era de esa raza. Goebbels, ministro de propaganda, daba todos los días instrucciones a los diarios y corresponsales sobre qué noticias publicar y cuáles suprimir, cómo redactarlas e, incluso, los titulares. La ley de prensa del Tercer Reich decía que los directores debían ser arios, limpios, alemanes y no estar casados con judías.
Tenían el control total de la prensa. La radio y el cine también estaban acorralados para servir la causa nazi. El Tercer Reich también controlaba la educación. La instrucción era espartana, política y marcial. Había servicio laboral obligatorio y luego servicio militar. La idea era coger a la juventud.
Centros escolares fueron nazificados. "Mi Lucha" fue declarado órgano oficial de educación, mientras a los judíos se les prohibía enseñar.
El ministro de educación del Reich nombraba a los rectores. Se falseó la historia y se enseñó ciencias racistas. De los 6 a los 10 años, los niños debían hacer un aprendizaje para las juventudes hitlerianas.
A los 10 años, después de aprobar ejercicios de atletismo, prácticas de campamento y de historia nazificada, pasaban a las juventudes donde juraban lealtad al Führer hasta dar la vida por él.
A los 14 años ingresaban a la juventud propiamente tal, hasta los 18 años. Luego venía el servicio al trabajo y al ejército. Había una vasta organización. También para las muchachas. Tenían uniformes, les daban instrucciones y hacían marchas donde las adoctrinaban. Las mujeres debían ser madres saludables de hijos igualmente sanos.
Existía la BDM (Bund deutscher maedel). Eran muchachas de 18 a 21 años que hacían un año de servicio en granjas. A fines de 1938, las juventudes hitlerianas tenían siete millones 700 mil afiliados. En marzo de 1939 se dictó una ley que obligaba enrolarse.
Las juventudes eran educadas para tener cuerpos sanos y fuertes; fe en el futuro de la patria y en ellos mismos; además de un sentido de hermandad y camaradería. La dictadura nazi no se atrevió a suprimir las inmensas propiedades feudales, pero hizo programas agrícolas que estimulaban al campesino.
Se redujo la cesantía; la producción nacional subió en un 102% entre 1932 y 1937, mientras la renta nacional fue duplicada. Estimuló el trabajo por medio de grandes obras públicas y apoyó a la empresa privada. La base de la recuperación alemana fue el rearme. Era una economía de guerra, movilizada para ella. La industria pesada se benefició con estas acciones.
Los obreros no tenían derecho a huelga, ni a sindicatos. Por lo tanto, eran siervos industriales a quienes les fijaba el salario. Las leyes restringían, además, la posibilidad del obrero para cambiarse de trabajo.
En 1938 la ley instituyó el reclutamiento para el trabajo. Obligaba a trabajar donde el estado determinara. La fuerza de la alegría era la forma en que se trataba de controlar esparcimiento de los obreros. Se organizaron clubes y viajes de excursión a los Alpes bávaros. Se controlaban hasta los deportes.
Hitler era la ley. Goering dijo a los fiscales, que las normas y la voluntad del Führer eran lo mismo. Con el tiempo se estableció el temido tribunal del pueblo. La Gestapo también era ley, la policía secreta del Estado. Primero fue un instrumento personal de Goering para infundir temor, detener y asesinar a los adversarios del régimen. En 1934, el mismo Goering nombró a Himmler lugarteniente de la Gestapo. Las órdenes y las acciones de esta policía no estaban sometidas a revisión judicial.
Los primeros campos de concentración brotaron como hongos durante el primer año de gobierno nazi. A finales de 1933 habían unos 50. Se arrestaba para custodia protectora. A principios del régimen nazi había entre 20 y 30 mil presos. Luego serían millones. El 16 de junio de 1936 se estableció una policía unificada para todo el Reich, con Himmler al frente. El Tercer Reich había llegado a ser un estado policíaco. El 25 de julio de 1934 los nazis asesinaron al canciller austríaco Dollfuss, en Viena. Por radio se informó que había dimitido, pero la sublevación nazi fracasó. Hitler perseguía incansablemente su programa de rehacer las fuerzas armadas y procurarles armamentos. El ejército debía triplicarse en un año.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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