HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Compases iniciales de la batalla: La invasión de Bélgica y
Holanda
El 10 de mayo por la mañana, los ejércitos del Grupo B (Von
Küchler y Von Reichenau), formados por diez divisiones acorazadas, 135
divisiones de infantería y apoyados por la fuerza aérea, penetran en Holanda y
en Bélgica.
El general Sponeck, jefe de las Fuerzas Especiales alemanas,
con un batallón paracaidista y dos regimientos aerotransportados, asaltó La
Haya e intentó, infructuosamente, capturar al gobierno holandés.
Simultáneamente, la Luftwaffe arrasó Rotterdam, el principal
nudo de comunicaciones, mientras la Wehrmacht atravesaba la frontera holandesa,
haciendo que la confusión se apoderara del país.
Los puentes de Rotterdam, Dordrecht y Moerdijk eran paso
obligado de la principal ruta hacia el Sur. Sobre ellos saltaron cuatro
batallones paracaidistas y un regimiento aerotransportado.
Los holandeses no lograron volar estas vías y los alemanes,
rápidamente, las ocuparon.
Una división de infantería enlazó sólo tres días después con
la avanzada paracaidista para consolidar la posición. La flota mercante
holandesa huye y se refugia en puertos británicos.
El 6º Ejército alemán, al mando del general Walther von
Reichenau, recibe la orden de invadir Bélgica. Para ello se debe cruzar primero
el Canal Alberto. Los belgas esperan con los puentes principales listos para
ser volados a la menor alarma. Un batallón aerotransportado fue lanzado
sigilosamente tras las líneas belgas. Los alemanes capturaron por sorpresa los
puentes antes de que fuesen volados.
Quedaba aún otro obstáculo por salvar: el Fuerte de Ben
Emael. El fuerte, considerado como "inexpugnable" es una fortaleza de
hormigón armado de 700x900 metros de lado, con 35 casamatas de artillería e
infantería cubriéndose mutuamente y rodeada de fosos artificiales y obstáculos
naturales. El Fuerte de Ben Emael domina el área del Canal Aberto, el Mosa y el
Canal Stich en dirección a Maastricht y protege los estratégicos puentes de
Vrohenhoven, Veldwezelt y Canne. Los grandes cañones de Ben Emael alcanzan
hasta Maastricht y Lieja y pueden batir cinco carreteras de primer orden en su
sector.
El 10 de Mayo, 85 comandos aerotransportados fueron lanzados
desde once silenciosos planeadores de carga tipo TSS 230 sobre el mismo techo
de la fortaleza armados con 50 kilos de explosivo de carga hueca capaz de hacer
saltar planchas blindadas de 250 mm. El objetivo era destruir los puntos y
cañones principales del fuerte. La maniobra sorpresa, para la que los comandos
se entrenaron secretamente en maquetas a escala en Alemania, salió a la
perfección. Los 1.200 soldados belgas que guarnecían el fuerte fueron hechos
prisioneros. El camino a Francia quedaba expedito para las divisiones Panzer.
Compases iniciales de la batalla: el paso del Mosa
El 12 por la tarde, mientras se libran duros combates desde
Amberes hasta Namur y nada se mueve detrás de la Línea Maginot, los carros de
combate del general Guderian (1º, 2º y 10º Panzer) nan cruzado sigilosamente el
espeso macizo de las Ardenas y se encuentran apostados en el bosque de Sedán.
El 13 de mayo a las 16 horas, Guderian lanza el asalto
contra el Mosa. Los Panzer machacan las comunicaciones y posiciones francesas
desde la orilla opuesta apoyados por la Luftwaffe. Entretanto, el general
frances Huntziger está en su puesto de mando de Senac, a 50 km del frente.
Tras una fuerte preparación artillera y bombardeos a cargo
de los Stukas y Do 17, los alemanes echan primeros botes de goma al agua. Tras
las lanchas hinchables van las barcazas y transportes de vehículos. A las 19
horas, el regimiento de asalto Grossdeutschland alcanza la famosa cota 147, que
es el objetivo previsto por el Führer.
Poco más tarde, todo el ala derecha del II Ejército francés
huirá, presa de un pánico generalizado, en un "sálvese quien pueda"
encabezado a veces por los oficiales superiores. Se huye ante el empuje de los
Panzer y ante el bombardeo de los Stukas, que "pican" con un silbido
infernal, pero todavía no ante el grueso de la infantería enemiga, que aún no
ha llegado.
Simultáneamente, la 7ª Panzerdivision del general Hoth
-mandada por el general Rommel- ha hundido el ala izquierda del IX Ejército del
general Corap, casi sin preparación aérea. En el lado francés reina la
confusión y la falta de coordinación. No funcionan las comunicaciones por radio
ni los correos personales. El general Corap ha perdido la visión de conjunto de
todo un frente que comienza a desmoronarse.
El 13 de mayo, hacia la medianoche, el general Gamelin -jefe
supremo de las fuerzas armadas francesas- recibe las primeras noticias en su
puesto de mando de Vincennes: "Se trata de un lío bastante serio por el
lado de Sedán".
En la noche del 13 al 14 de mayo, los jefes militares (los
generales Georges, Huntziger y Billette) no se preocupan -como podría creerse-
de reforzar la zona de operaciones del IX Ejército, sino de proteger la Línea
Maginot, con el temor de que pueda ser cercada. En lugar de enviar reservas a
Corap, éstas se dirigen hacia Huntziger o hacia Blanchard (para proteger el acceso
clásico de Gembloux).
En la mañana del 14 de mayo de 1940 la batalla del Mosa está
decidida. Todo se ha desarrollado conforme al plan alemán. El movimiento en hoz
puede irse cerrando a espaldas del grueso de las fuerzas francesas.
Fuente: HISTORIA DE
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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