HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Goering fue nombrado ministro de aviación, debía organizar
esa fuerza. Puso a trabajar a los fabricantes en diseño de aviones de guerra.
Comenzó el entrenamiento de pilotos militares. La fabrica Krupp de cañones,
tampoco estaba ociosa.
Alemania debía autoabastecerse de gasolina y de caucho.
Hitler promulgó la ley de servicio militar obligatorio. Con el renacimiento del
ejército alemán moría el Tratado de Versalles. Los países de Europa comenzaron
a enviar mensajes a Hitler por la paz.
El Führer proclamó que Alemania no tenía la intención de
conquistar otros pueblos. Había dicho, tabién, que no competiría navalmente con
el poderío británico. El gobierno inglés creyó sus palabras. Se le concedió permiso
para construir una armada, cuyo tamaño llegara a un tercio de la británica. Se
le daba, por lo tanto, rienda suelta para proceder lo más rápido posible. Los
astilleros trabajaban a toda máquina. Fue una inyección de ánimo a la industria
del acero.
También se autorizó la construcción de submarinos, cruceros
y destructores. En resumen, se pasó por alto el tratado. Cuando Alemania ocupó
Renania, los franceses vacilaron y los aliados se mantuvieron en calma. Aunque
superiores, no quisieron arriesgarse a una guerra. Seguían creyendo las
palabras de paz de Hitler. La victoria del Rhin fortaleció su popularidad y
poder, a pesar de lo pequeña que era la operación.
Los hechos se sucedían rápidamente. El 11 de julio de 1936,
un acuerdo ratificaba el reconocimiento alemán de soberanía austríaca y
prometía la no intervención. El canciller de esanación, entonces, acordó
libertar a los presos políticos nazis. Mientras, el 2 de mayo de ese año
Mussolini había ocupado Albisinia y el 16 de julio estallaba
la guerra civil española. Hitler tomó decisión de apoyar militarmente a Franco.
La ayuda fue considerable, pero menos que la italiana.
El 21 de octubre se firmó un protocolo secreto que unía a
Roma y Berlín en una conducta común en lo relativo a la política exterior. El 25
de noviembre firmó pacto con Japón, según el cual se unían para defender la
civilización occidental. Además, tenía protocolo secreto contra Rusia.
En 1937, Hitler fue al Reichstag para proclamar la retirada
de la firma alemana del Tratado de
Versalles (en realidad el tratado ya estaba muerto).
Aprovechó y dio un informe de su gestión en los 4 años que llevaba en el poder:
se abolió el paro obrero, se había creado un alza en los negocios, construido
un ejército, una flota y fuerzas aéreas. Francia y Gran Bretaña no habían hecho
nada para detener a Hitler. En poco tiempo, Alemania se había preparado para la
guerra.
Ese año, el país se dedicó a buscar la consolidación y a
preparase para alcanzar sus objetivos.
Fue un año dedicado a la fundición de armas, instrucción de
tropas, experimentación de la nueva fuerza aérea, acumulación de sucedáneos del
caucho y de gasolina, junto a la consolidación del eje Roma-Berlín.
El 24 de junio de 1937 el mariscal de campo, Blomberg, dio
directrices secretas: Alemania no debía temer un ataque, pero tenía que estar
preparada, porque los sistemas políticos son cambiantes. Los casos de posibles
guerras eran en el oeste y el sudeste.
El 5 de noviembre de 1937, Hitler había afirmado su
irrevocable decisión de ir a la guerra. Iba a usar las Fuerzas Armadas contra
Austria y Checoslovaquia, aunque le significara un conflicto contra Gran
Bretaña y Francia. Los comandantes desaprobaban la idea, pero el Führer los
sacó del medio. Cayó el ministro Blomberg y luego el general Von Fritsch por
medio de conjura de la Gestapo. Hitler, así, había destituido a los hombres de
más alto cargo del ejército. Para el 4 de febrero de 1938, el gabinete alemán
celebró su última reunión. Hitler se hizo cargo personalmentede las Fuerzas
Armadas y abolió el Ministerio de Guerra. Creó el alto mando, con lo que el
ejército, la marina y la fuerza aérea quedaban subordinadas. Goering fue
nombrado mariscal de campo.
Dieciséis generales, por último, fueron relevados de su
mando y sacó al ministro de Relaciones Exteriores. Ese día, además,ocurrió un
hito en la historia del Tercer Reich. Los últimos conservadores que se oponían
al camino de Hitler fueron abatidos. La política exterior, económica y militar
quedó concentrada en sus manos. También las Fuerzas Armadas.
Hitler, luego, hizo un ultimátum a Austria para que en una
semana entregara el gobierno a los nazis. Si no lo hacía, invadiría . Ante tal
amenaza, el presidente austríaco cedió. El 20 de febrero del mismo año, Hitler
dio un discurso donde advirtió que Austria y Checoslovaquia serían alemanas. El
10 de marzo decidió la ocupación de su país natal. El canciller austríaco
dimitió.
Mientras, Gran Bretaña y Francia no adoptaron ninguna
medida. El Füherer había previsto esta inmovilidad.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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