Historia de Holocausto – Panorama general
Los alemanes llevaron a cabo sus sistemáticas actividades de
asesinato con la ayuda activa de colaboradores locales en muchos países y con
la aquiescencia o indiferencia de millones de personas. Sin embargo, hubo
instancias en las que existió una resistencia organizada. Por ejemplo en el
otoño de 1943 la resistencia danesa, con el apoyo de la población local,
rescató a casi toda la comunidad judía de Dinamarca escondiéndoles en un
dramático viaje en barco hasta la segura y neutral Suecia. Individuos de otros
países también arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos y a otros
individuos perseguidos por los nazis. Uno de los más famosos fue Raoul
Wallenberg, un diplomático sueco que jugó un importante papel en algunos de los
esfuerzos hechos para rescatar a miles de judíos húngaros en 1944.
La resistencia existía en casi todos los campos de
concentración y ghettos de Europa. Además de las revueltas armadas de Sobibor y
Treblinka la resistencia judía en el ghetto de Varsovia llevó a un valeroso
levantamiento en abril y mayo de 1943, a pesar de un predecible fracaso debido
a la superioridad de las fuerzas alemanas. En general, el rescate o la ayuda a
las víctimas del Holocausto no era una prioridad de las organizaciones de la
resistencia cuyo objetivo principal era la guerra contra los alemanes. En
cualquier caso estos grupos y los partisanos judíos (soldados de la
resistencia) cooperaban a veces entre ellos para salvar judíos. El 19 de abril
de 1943 por ejemplo, miembros del Comité Nacional para la Defensa de los Judíos
en cooperación con trabajadores ferroviarios cristianos y el movimiento
clandestino general de Bélgica atacaron un tren que salía del campamento de
tránsito belga de Malines con dirección a Auschwitz y tuvieron éxito al ayudar
a los judíos deportados a escapar.
El gobierno de los Estados Unidos no siguió una política de
rescate para las víctimas del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Como
sus aliados británicos, los líderes políticos y militares estadounidenses
argumentaban que ganar la guerra era lo más importante y acabaría con el terror
nazi. Una vez empezada la guerra el tema de la seguridad, reforzado en parte
por el antisemitismo, influyó en el Departamento de Estado de los EE.UU. (con
Cordell Hull a la cabeza) y el gobierno de los EE.UU. hizo muy poco para
levantar las restricciones a las visas de entrada. En enero de 1944 el
presidente Roosevelt estableció la Junta de Refugiados de Guerra en el
Departamento del Tesoro de los EE.UU. para ayudar al rescate de los refugiados
en peligro. Fort Ontario en Oswego, Nueva York, empezó a ser ostensiblemente el
puerto libre para refugiados de los territorios liberados por los Aliados.
Después de que la guerra se tornara contra Alemania y de que
los ejércitos Aliados se acercaran al suelo alemán a finales de 1944, las SS
decidió evacuar los campos de concentración. Los alemanes trataron de encubrir
la evidencia de genocidio y deportaron prisioneros a campos en Alemania para
prevenir su liberación. Muchos prisioneros murieron durante los largos viajes a
pie conocidos como las “marchas de la muerte”. Durante los días finales en la
primavera de 1945, las condiciones en los campos de concentración que quedaban
cobraron una terrible tasa en vidas humanas. Incluso campos de concentración
como Bergen-Belsen, nunca hechos para la exterminación, se convirtieron en
trampas mortales para miles, incluyendo a Ana Frank, que murió de tifus en
marzo de 1945. En mayo de 1945 la Alemania nazi cayó, los guardias de las SS
huyeron y los campos dejaron de existir.
Fuente: HISTORIA DEL HOLOCAUSTO: PANORAMA GENERAL
Agradecimiento especial a Little, Brown and Company por el
permiso para incluir extractos de “Tell Them We Remember” por Susan Bachrach,
1994.
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