HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La crisis económica de 1929
En el período que siguió a la Primera Guerra
mundial fue necesario reparar los daños que había provocado el conflicto y en
ello se ocuparon prácticamente todas las fuerzas de trabajo. En los inicios de
la década de 1920 hubo gran prosperidad, por lo que la gente pensó que bonanza
y paz eran dos términos que iban de la mano.
Muchos de los proyectos de reconstrucción contaban con el
sistema de créditos para lograr financiamiento. El mismo pago de las
indemnizaciones de guerra exigidas a Alemania, en virtud del Tratado de
Versalles, era realizado gracias a una importante corriente de préstamos
provenientes, sobre todo, de Estados Unidos y Gran Bretaña.
La corriente de créditos enviada desde Estados Unidos hacia
Europa fue la causa principal del ambiente de prosperidad en el viejo
continente. Estados Unidos era entonces el gran soporte del bienestar.
El 19 de octubre de 1929 los indicadores de cotizaciones de la Bolsa de Valores de Nueva
Cork cayeron como una avalancha, creando pánico en el mundo de las finanzas. El
año de 1929 está marcado en el calendario de la historia como el inicio de la
crisis económica que sumió en la pobreza y la desesperación a millones de
personas.
Esta crisis repercutió en Europa y el resto del mundo.
Estados Unidos ya no estaba en condiciones de seguir haciendo inversiones en el
extranjero y el colapso se extendió rápidamente. La consecuencia inmediata fue
la miseria de millones de personas, y el resultado último, que esta gente
desesperada fue presa fácil de doctrinas totalitarias que les prometían
recuperación material y empleo a corto plazo.
El débil comportamiento de la Sociedad de las Naciones
En 1935 Mussolini había atacado Etiopía y con gran
despliegue de fuerzas no tardó en vencer a las desorganizadas tropas del Negus
Fallé Selassie ocupando Addis Adeba. La Sociedad de Naciones aplicó unas sanciones
económicas que ni siquiera impidieron la llegada del petróleo necesario para la
guerra a los puertos italianos. Inglaterra permitió el paso de buques cargados
de tropas por el Canal de Suez y con estos hechos la Sociedad de Naciones se
desprestigió totalmente
fortaleciéndose Italia y reforzándose el eje Roma-Berlín.
La guerra civil española (1936-1939)
Se dice que la Guerra Civil Española fue una especie de campo de
prueba, en el que se ensayaron las armas que luego habrían de usarse en la Segunda Guerra
Mundial, que se inicia cuando terminó el conflicto peninsular .
Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas
a Alemania por el Tratado de Versalles, organizar unas nuevas Fuerzas Aéreas y
reimplantar el servicio militar, puso a prueba su nuevo armamento durante la Guerra Civil española
.
Alemania e Italia entregaron material de guerra a Franco y
enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno
republicano en 1936. Las otras potencias no quisieron provocar un
enfrentamiento directo y se abstuvieron de intervenir en la lucha.
El Pacto de Acero
Hitler y Mussolini firmaron en mayo de 1939 el "Pacto
de Acero", temible alianza ofensiva, con la cual Alemania e Italia se
comprometieron a prestarse ayuda militar en caso de guerra, lo que se convierte
entonces en el objetivo primordial del nacionalismo. El Eje Berlín-Roma quedó
así sellado definitivamente.
Los directores del vasto complejo siderúrgico Krupp estaban
vinculados con los nazis y fueron los principales responsables de suministrar
el material necesario al esfuerzo de guerra alemán.
La formación del Eje
Los tratados firmados por Alemania, Italia y Japón desde
1936, cuando los dos primeros países acordaron el primero de ellos, hasta 1941
(fecha en la que Bulgaria se incorporó a los mismos) dieron como resultado la
formación del Eje Roma-Berlín-Tokio.
Pacto germano-soviético
La noche del 23 de agosto de 1939 en Moscú , Hitler logró
que Stalin, a pesar de sus divergencias ideológicas, firmara un pacto de
no-agresión entre Alemania y la Unión Soviética (URSS) donde acordaban no luchar
entre sí.
Esto permitiría al Führer atacar Polonia, sin temor a una
intervención soviética en el frente oriental.
De esta forma, Adolfo Hitler tuvo el camino despejado.
Adicionalmente, se firmó un protocolo secreto en el que se
concedía a Stalin libertad de acción en Finlandia, Estonia, Letonia y en el
este de Polonia y en Rumania.
Cuando las tropas aliadas entraron en Alemania, a finales de
la Segunda Guerra
Mundial, no podían creer lo que sus ojos veían. El panorama de los campos de
concentración y exterminio era tal, que tomaron registros de lo que encontraron
y así, nadie pudiera negar su existencia o los horrores que en ellos se
cometían.
Adof Hitler, el hombre que estuvo tras estos horrores, el
que también prometió que formaría un Tercer Reich y que este perduraría por
1.000 años.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL
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