MESOPOTAMIA
INSTITUCIONES. Está formada
también por tierras de aluvión depositadas por el Éufrates y el Tigris que,
tras un esfuerzo de control de agua, aprovechamiento y drenaje, se convirtieron
en campos muy fértiles con consecuencias socioeconómicas y políticas parecidas
a las de Egipto. Frente a la unidad que, en general, impera en Egipto, en
Mesopotamia se observa mayor tendencia a la fragmentación, aunque a veces se
logra la unidad - Imperio babilónico o Imperio asirio - alentada por la aspiración
a la supremacía de diversas ciudades - Sumer, Acad, Babilonia, Assur -
verdaderos núcleos urbanos con desarrollo artesanal, bien defendidos y rodeados
de tierras cultivadas, en los que aparece ya la escritura. Inicialmente, su eje
económico, político y religioso era el templo, dueño de tierras y rebaños.
El
Sumo Sacerdote era a la vez máxima autoridad política y religiosa de la ciudad
y administrador de las fabulosas riquezas del templo que, a través de los
sacerdotes, controlaba y organizaba todo el mecanismo de producción. En este
último participan los artesanos especialistas, que muchas veces utilizaban
materias primas que había que importar, a cambio de los excedentes almacenados
en el templo y otros hombres libres que trabajaban la tierra. Existían
igualmente propietarios particulares que debían colaborar, como aportación a la
comunidad, en la construcción y mantenimiento de los canales de riego.
A
partir del tercer milenio aparece un nuevo tipo de autoridad - el ensí - que se
situó por encima de la sacerdotal. Su origen hay que buscarlo, probablemente,
en las necesidades de defensa que obligaron a la formación de un ejército
fuerte, cuyo jefe se constituyó en autoridad máxima. Era misión suya velar por
la ciudad, el templo y los canales que irrigaban los campos; poseía gran
cantidad de tierras que servían para satisfacer sus propias necesidades, las de
su familia, las de los altos funcionarios y las de todos los servidores y
soldados. La creación de un ejército poderoso fue cobrando importancia
creciente por ser garantía de seguridad y esperanza de dominio sobre las demás
ciudades, que posibilitaría la formación de poderosos imperios dotados de una
compleja, pero bien trabada, administración con sus gobernadores, escribas,
etc.
El
Código de Hammurabi es un documento primordial para conocer la organización
social, más abierta, por lo general, que la egipcia. La clase elevada gozaba de
ciertos privilegios legales y estaba formada por altos funcionarios del Rey,
sacerdotes, grandes propietarios y también ricos mercaderes, pues no hay que
olvidar la importancia creciente en el Oriente Medio del comercio, que creara
una clase de activos comerciantes, dueños de diversos almacenes en los que se
acumulan abundantes riquezas y productos que eran objeto de transacción. Lo que
podíamos llamar la clase media la integraban los hombres libres, legalmente
peor considerados que los anteriores. Los esclavos eran de dos tipos: gentes
que habían perdido la libertad, normalmente por impago de deudas, pero que gozaban
de ciertos derechos, y los sin ningún derecho, casi siempre enemigos y
prisioneros que realizaban los trabajos más penosos.
Fuente: Enciclopedia Lafer
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