MESOLÍTICO.
El estadio intermedio de transición entre la forma de subsistencia del
Paleolítico y la del Neolítico se suele designar con el nombre de Mesolítico.
Se pueden distinguir dos tipos culturales: el de los recolectores, que suceden
al de los cazadores del Paleolítico, cuya vida depende fundamentalmente de la
caza, la pesca, pero también de la recolección, y el de los que están ya en
vías de convertirse, tras paulatinos perfeccionamientos, en auténticos
productores. Los natufienses, pueblo predominantemente cazador, pero que
empieza a cosechar cereales, serían un claro exponente de este período de
transición.
Al
Mesolítico precisamente pertenece el arte pictórico levantino que se extiende
por el Sur y el Este de España. En el predominan las representaciones humanas;
abundan los dibujos esquemáticos y las figuras estilizadas dotadas de gran
dinamismo. Normalmente se encuentran al aire libre y son monocromas;
temáticamente se impone lo narrativo olvidándose, al parecer, toda intención
mágica, con escenas de danza y caza. Son famosas, entre otras, las estaciones
de Cogull, Parpalló, Cueva de la
Araña.
Después de la última glaciación se inicia una nueva etapa cultural
caracterizada por un cambio en todos los órdenes de la vida que origina una situación
de crisis. Se trataría de un período de confusión que sólo una nueva cultura
puede disipar, puesto que la crisis no sería sino el tránsito que se produce
cuando el hombre pasa de vivir prendido entre unas cosas y apoyado en ellas, a
vivir prendido y apoyado en otras.
Fuente: Enciclopedia Lafer
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