LAS
INDUSTRIAS PALEOLÍTICAS. El estadio
prepuntas en Norteamérica. Si encontramos problemas en los restos humanos de
los primitivos pobladores de América, no encontramos menos en los restos de
industria y su fijación cultural y cronológica.
Por
lo general, el Paleolítico americano desde el punto de vista de la industria se
ha fraccionado en dos períodos claramente diferenciados que se han intentado
confrontar con el Paleolítico medio y superior del Viejo Mundo a causa de sus
similitudes técnicas; estos períodos son:
1 .
Preclovis o prepuntas de proyectil, semejante al del Paleolítico inferior medio
de Eurasia y perteneciente a gente con economía no especializada aún;
2.
Paleoindio o estadio de las puntas de proyectil, parejo al Paleolítico superior
del Viejo Mundo y correspondiente a grupos de cazadores con cierta
especialización.
De
acuerdo con las teorías clásicas, el estadio Preclovis sería la fase cultural
más antigua, y su origen estaría en la llegada a América, durante el Wisconsin
medio, de un determinado número de personas portadoras de un bagaje técnico
musteriense de tradición achelense. Esto quiere decir que los útiles aparecen
trabajados sobre anchas y duras lascas preparadas con anterioridad mediante la
técnica Levallois; a éstos se asocian otros más toscos elaborados sobre
guijarros y con ciertas semejanzas a los choppers (cantos trabajados
unifacialmente) y a los chopping tools (cantos trabajados bifacialmente)
característicos del Paleolítico inferior del Viejo Mundo.
En
la actualidad, mientras algunos autores aceptan la existencia de esta teoría,
expuesta con anterioridad, otros, entre los que se encuentran los
prehistoriadores de la escuela norteamericana, rechazan que los conjuntos
industriales líticos carentes de puntas de proyectil y con elementos de escasa
especialización tengan un sentido transitorio unido estrictamente a una
economía de subsistencia poco o nada especializada propia del inicio del
Holoceno.
Los
últimos hallazgos realizados en los valles de los ríos Yukon y Old Crow,
consistentes en huesos apenas alterados relacionados con la industria
osteodontoquerática depositada en posición secundaria, han sido considerados
como los conjuntos más antiguos del continente, con una datación de 81.068, más
o menos 7500 años a. C., según el método uranio-torio. Otros hallazgos líticos
y óseos de esta zona han sido fechados de la misma manera hacia el 1100 a . C., coincidiendo con
el principio de las puntas de proyectil, por lo que no se puede negar la
presencia del hombre antes, incluso, del estadio de cazadores especializados.
Donde los restos de industrias toscas son más abundantes es en el área
de California, hecho sin duda alguna favorecido por la mejor conservación
debida al clima.
No
faltan tampoco yacimientos paleolíticos en otras regiones de Norteamérica, como
son: Lewis Ville, en Texas, fechado en 38000 años a. C.; Tule Spring, en Nevada
con una datación por encima de los 28.000 años de antigüedad, o American Falls,
en Idaho, con cronología de 43.000 años.
En
Mesoamérica y América Central sucede algo parecido, pues hay yacimientos como
los de Tequixquiac en México y Valsequillo (Puebla) que se han incluido siempre
en la etapa prepuntas basándose en argumentos geológicos exclusivamente, al
faltar dataciones absolutas.
El
estadio prepuntas en Sudamérica. En el hemisferio Sur los estudios sobre el
Paleolítico son menos numerosos que en el Norte, a la vez que menos
sistemáticos, lo que da como resultado una escasa visión de conjunto.
Willey,
un estudioso en la materia, mantiene la existencia de una tradición inicial
caracterizada por instrumentos líticos sobre lascas con percusión en una de las
caras. En dicha tradición no aparecen los útiles trabajados por ambas caras,
los más característicos de entre ellos son los cuchillos, picos, raspadores y
buriles. Esta tradición provendría de América del Norte con anterioridad al 12
000 y a ella se unirían técnicas de carácter local donde se incluirían ya
útiles pesados, como bifaces de gran tamaño; tanto una como otra tradición
evolucionarían conjuntamente «in situ».
El
ilustre investigador McNeish, tras sus trabajos en la cueva de la Pulga , en el valle de
Ayacucho, ha elevado la fecha para el principio del Paleolítico sudamericano, e
incluso ha agregado dos estadios anteriores al despliegue de las puntas de
proyectil en el subcontinente.
En
primer horizonte que se indentifica con el complejo Paccaicasa se distingue por
la presencia de útiles realizados sobre núcleos con una cronología entre el 25
000 y el 16 000 a .
C., aproximadamente.
Una
de las explicaciones que confirman la antigüedad de los estratos de la cueva de
la Pulga es la
asociación a esta industria de fauna fósil (caballos, ciervos, tigres y otros
más).
La
segunda etapa pudo haberse desarrollado entre el 16 000 y el 12 000; su
característica más relevante son los útiles fabricados sobre láminas de piedra
o hueso; este estadio se observa en Ayacucho, Exacto (Ecuador), cueva de El
Abra (Altiplano boliviano) y Chivateros (Perú). Las etapas vistas forman el
primer gran horizonte o de prepuntas de proyectil en Sudamérica con fecha final
en torno al año 15 000.
Fuente: Enciclopedia Lafer
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