COLONIZACIONES. Particular importancia habría de tener la
colonización púnica. Hacia el año 1100 los fenicios de Tiro fundaron una ciudad
llamada Gadir (Cádiz), lo que les permitía controlar el comercio occidental del
estaño y del cobre y crear una serie de factorías pesqueras de salazón en la
zona del estrecho. Cuando el asirio Asurbanipal conquistó Tiro, las colonias
fenicias pasaron a depender de otra colonia tiria que había adquirido singular
importancia: Cartago, fundada en el año 814 a . de C. Se sucedieron una serie de
fundaciones púnicas en las costas mediterráneas ibéricas: Malaca, Sexi, Abdera,
Mellaria, Baria, en donde practicaron un activo comercio con los indígenas.
Tras la Primera Guerra
Púnica, con la pérdida de sus posesiones de Córcega, Cerdeña y Sicilia, los
cartagineses decidieron actuar directamente sobre la Península Ibérica
dominando amplias áreas del Sur y Sudeste. Era la época de los Barcas (Amílcar,
Asdrúbal, Aníbal). La creciente influencia e incremento del poderío cartaginés
en Iberia preocupó a Roma y, tras el ataque de Aníbal a Sagunto (año 219 a . de C.), se inicia la Segunda Guerra
Púnica que permitiría a Roma expulsar a los cartagineses de la Península (año 206 a . de C.) una vez tomadas
por Escipión sus principales ciudades: Cartago Nova, Gadir, etc.
Carácter diferente a la colonización fenicia iba a tener la griega, ya
que si los primeros se limitaron, inicialmente, a crear unas simples factorías
comerciales, acaso de carácter temporal, los helenos trataron de trasplantar a las
tierras de la
Península Ibérica el sistema tradicional de la polis griega,
creando ciudades costeras de carácter permanente. Así nacieron Heraclia,
Mainake, Hemeroskopion, Artemision, Emporion, Rhode, desde donde comerciaban
con los indígenas vecinos. La competencia con los púnicos se agudizó y, a la
larga, desembocaría en una creciente debilidad de las colonias griegas, en
particular después de la aludida derrota naval de Alalia. Las conquistas
cartaginesas de los Barcas harían desaparecer a numerosas de ellas; sin
embargo, en las que perduraron (Emporion, Rhode), encontraron los romanos una
cabeza de puente para atacar los dominios cartagineses en España.
Fuente: Enciclopedia Lafer
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