HISTORIA DE LA TELEVISIÓN


HISTORIA DE LA TELEVISIÓN
La expansión mundial
La internacionalización de los programas se fue abriendo paso
poco a poco. En Europa occidental se creó Eurovisión, puesta en
marcha por la Unión Europea de Radiodifusión (UER) a
mediados de los años 50 y los países del bloque soviético
respondieron creando Intervisión, de la Organización
Internacional de Radio y Televisión (OIRT).
Años más tarde, en 1993, el cambio de las relaciones políticas y la
desintegración del bloque soviético propiciarían la fusión de
ambos organismos. En el resto del mundo se produjo un
fenómeno similar: tanto en el continente americano como, más
tarde, en el africano y el asiático se fueron creando organismos
similares, todos ellos con la misma finalidad: intercambio de
información y programas, además de algunas emisiones en
común.
Hoy día los intercambios entre países y entre organismos
internacionales se basan en la difusión de programas a través de
los satélites de comunicaciones. Así, desde el lanzamiento del
primer satélite Sputnik, en 1957, y de satélites cada vez más
perfeccionados, estadounidenses, rusos, luego europeos,
japoneses, etc., los intercambios de informaciones y de programas
se han multiplicado.
Al paso de los años, esta relación televisión-satélite ha ido dando
paso a una sucesión de hitos históricos. Los Juegos Olímpicos de
Tokio de 1964 fueron un claro ejemplo de difusión mundial de un
acontecimiento deportivo. Años más tarde, tuvo lugar la primera
transmisión planetaria: el programa Nuestro Mundo se difundió
en simultáneo para 31 países.
Ante estos avances, los gobiernos vieron la necesidad de crear una
red mundial de satélites de comunicaciones. Y a ello dedicaron
grandes esfuerzos técnicos y económicos.
Por esos años hicieron su aparición los satélites de difusión
directa (DBS), los cuales permitían la difusión de una decena de
señales de televisión hasta antenas parabólicas domésticas y de
éstas al televisor.
Hacia 1989, comenzó la segunda generación de operadores
televisivos vía satélite. En poco tiempo la creación de diversas
plataformas multicanales vía satélite en todos los países fue un
hecho.
Las antenas parabólicas empezaron a proliferar. Un paso más se
dará cuando las plataformas se digitalicen totalmente. En EEUU,
a mediados de 1994, se pone en marcha la primera plataforma
digital. Poco más tarde se hizo lo propio en Europa. Al finalizar
el 2000 en los países de la UE se contaba con 15 millones de
receptores de televisión por satélite, siendo los británicos (cinco
millones), los franceses (tres millones), y los italianos y españoles
(dos millones cada uno) sus principales usuarios.

Fuente: HISTORIA DE LA TELEVISIÓN

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

  

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
El dominio alemán se había convertido para él en una obsesión. No estaba de acuerdo con la democracia: no debe haber decisiones de la mayoría, sino únicamente de personas responsables.
Un solo hombre poseerá la autoridad y el derecho para mandar. No dudaba en que construiría su Reich. Estaba poseído de ese ardiente sentimiento de misión peculiar. Unificaría a un pueblo elegido, purificaría la raza, lo haría fuerte, haría que sus hijos fueran señores en la tierra. Todas sus ideas tenían raíces en la experiencia y pensamiento alemanes. El nazismo y el Tercer Reich no eran sino una continuación lógica de la historia alemana. Primer Reich: sagrado imperio germánico medieval. Segundo Reich: el de Bismarck, en 1871 después de la derrota de Francia a manos de
Prusia.
Ambos le habían dado gloria a Alemania. Para Hitler la república de Weimar había arrastrado este nombre por el fango. El Tercer Reich lo restauraría, prometía Hitler. Alemania había sido siempre un país formado de diversas naciones. No hubo crecimiento natural como nación, estaban divididos en diminutos estados. La idea de pueblo soberano, de democracia nunca echó raíces en Alemania. Las ideas no son propias de Hitler, sino la forma de aplicarlas. Alemania tuvo épocas gloriosas, como la de Bismarck. La idea de la raza dominante o de los judíos como raza inferior no era nueva en Alemania. Hitler admiraba a Nietzsche y odiaba el cristianismo: el hombre debe ser instruido para la guerra y la mujer para la procreación del guerrero. Al final, Hitler se consideraba a sí mismo el superhombre de la profecía de Nietzsche.
Como Hitler, Wagner también odiaba a los judíos, y el Führer admiraba a Wagner, le gustaba oír sus óperas con mitos germanos.
Se podría considerar a H. Stewart Chamberlain como el fundador espiritual del Tercer Reich.
Este inglés vio en la raza alemana la dominante, la esperanza del futuro. Hitler lo consideró profeta, además tenía un sentido místico de su misión personal sobre la tierra en esos días. En su libro está salpicada la idea de genio escogido por la Providencia para conducir a un gran pueblo.
Un genio con una misión estaba por encima de la ley, no podía ser limitado por la moral
burguesa, con esta idea Hitler pudo justificar los actos más crueles cometidos a sangre fría: la supresión de la libertad personal, la práctica brutal de los trabajos concensuados, la perversión de los campos de concentración, la matanza de sus mismos seguidores en junio de 1934, el asesinato de los prisioneros de guerra y la carnicería masiva de los judíos.
En 1924 Hitler salió de la cárcel. Su partido y prensa estaban prohibidos, la economía alemana se estaba recuperando y el pueblo alemán estaba comenzando a vivir normalmente. El nazismo parecía morir.
Pero Hitler no se desanimaba fácilmente. Editó "Mi Lucha". Pocos vieron en ese libro la
continuación de la historia alemana. Señalaba a su patria el camino hacia un glorioso destino.
Los años 1925 y 1929 fueron difíciles para Hitler y los nazis. Pero él perseveraba, confiaba en que los malos tiempos no durarían. Alemania recibió créditos y la gente parecía más feliz. El antiguo y opresivo espíritu prusiano parecía estar muerto y enterrado.
Casi no se oía de Hitler o de los nazis. Alemania parecía haberse consolidado. El primer ministro de Baviera levantó el castigo a Hitler y a su partido.
El 26 de febrero de 1925 se reeditó el diario y el líder habló en el primer mitin del partido nazi resucitado. Cuatro mil seguidores se reunieron nuevamente para oírlo. Y Hitler fue tan elocuente como siempre.
Sus camaradas ya no estaban. Tenía un nuevo objetivo: concentrar el poder del partido en sus manos, restablecerlo como organización y buscar poder en las instituciones constitucionales.
La bestia no estaba domesticada, amenazaba al Estado con violencia. Por dos años, el gobierno de Baviera le prohibió hablar en público.
Hitler mudo era un fracasado. Pero también era un buen organizador. Se puso a trabajar por el partido. Primero atrajo gente. En 1925 eran 27 mil y en 1929 ya sumaban 178 mil. La organización política quedó dividida en dos grupos: POI (su misión era atacar y minar el gobierno) y POII (buscaba establecer un estado dentro de otro estado). Creó las juventudes hitlerianas (10 a 15 años) y organizaciones para las mujeres.
Las S.A estaban organizadas como bandas armadas. Debían proteger los mítines nazis y
desorganizar a los otros, junto con aterrorizar a los que se oponían a Hitler. Una vez en el poder se convertirían en el ejército. Pero las camisas pardas (S.A) no llegaron a ser más que una confusa mezcla de chusma camorrista. Muchos de sus jefes eran homosexuales. Hitler creo las SS (Schutzstaffel) con uniformes negros y les hizo jurar lealtad a su persona. Primero fueron una guardia personal. El jefe definitivo fue Heinrich Himmler. Comenzaron con doscientos hombres y terminaron dominando a Alemania e infundiendo terror en toda la Europa ocupada. El jefe supremo del partido era Hitler. Pero la organización no era más que un conglomerado de alcahuetes,
asesinos, homosexuales, alcoholizados y chantajistas. A Hitler eso no le importaba mientras fueran útiles. En 1926 constituyó el tribunal del partido.
Usando a un joven inquieto, Strasser, mandó a organizar el partido en el norte del país. Él nombró de secretario a un hombre de 28 años: Paul Joseph Goebbels. Goebbels era un orador vehemente y fanático nacionalista, tenía una pluma mordaz y una sólida educación universitaria.
Era doctor en Filosofía. Tenía un pie malo, por lo tanto no había podido ir a la guerra. La cojera le produjo amargura. Los socialdemócratas y comunistas propusieron la expropiación de las tierras y fortunas reales para que fueran puestas a disposición de la República. Strasser y Goebbels propusieron apoyar la idea. Hitler se enfureció, muchos de esos antiguos gobernantes y grandes industriales apoyaban económicamente al partido.
Hitler envió a Feder al norte para acallar a los rebeldes. Goebbels gritó propongo que Hitler sea expulsado del partido. El 14 de febrero de 1926 Hitler devolvió el golpe. Organizó una reunión en el sur durante un día hábil. Goebbels y Strasser estaban en minoría y tuvieron que abandonar su programa. Goebbels oyó el discurso de Hitler y sintió un golpe, le estaban moviendo sus cimientos. El Führer lo conquistó y lo convirtió en su más fiel seguidor hasta el final.
Esos años Hitler pasó mucho tiempo en un refugio en los Alpes bávaros. Era su único hogar.
En 1928 invitó a su media hermana, Angela, quien llegó con sus dos hijas. Hitler se enamoró de una de ellas, Geli Raubal, una muchacha de 20 años. No se sabe si ella también lo quería.
En 1931 Geli anunció que volvía a Viena, pero Hitler no la dejó. Al día siguiente ella se había suicidado. Él parecía inconsolable.
Tres semanas después Hitler obtuvo la primera entrevista con el jefe alemán, Hindenburg. Era su primera movida para llegar al poder.
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

© 2000 - 2003 La Segunda Guerra Mundial

LA HEREJÍA ICONOCLASTA

LA HEREJÍA ICONOCLASTA.  Tanto en la sociedad como en la política bizantinas fue decisiva. Un buen ejemplo de esta singular faceta es la herejía iconoclasta y la influencia en ella del monaquismo. La querella de las imágenes tuvo dos facetas:

    Religiosa: Los emperadores iconoclastas prohibieron las imágenes por considerarlas reminiscencias del paganismo; el ideal religioso se desvirtuaba con la adoración exagerada de las imágenes, pues el fiel confundía a la imagen con la divinidad y el amor a Dios se transformaba en el amor a algo material. Lo divino - afirmaban los destructores de las imágenes - nunca puede ser representado por medio de las imágenes. Los defensores del uso de las imágenes contestaron diciendo que las imágenes constituían la Biblia del ignorante. No era la materia lo que ellos adoraban, sino que adoraban al Señor de la materia, convertido en tal para el bien de la comunidad.

    Política: Cuando el Emperador León III Isáurico prohibió en el año 726 la adoración de las imágenes, puede afirmarse que las causas políticas y económicas pesaron por lo menos tanto como las religiosas en su decisión. En primer lugar, le interesaba disminuir el poder que progresivamente iban adquiriendo los monasterios, principales fabricantes de iconos, ya que su con su venta obtenían cuantiosos beneficios. Por otra parte, podemos ver que el movimiento iconoclasta representaba al partido estatista (césaro-papista) y orientalista; los defensores de las imágenes eran abanderados del partido occidentalista y defendían la unión con Roma y la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado. Tampoco puede olvidarse - y ésta es una faceta que siempre se deja al margen - que los decisivos triunfos militares del Islam (que negaba que a la divinidad se la pudiese representar con imágenes) y el afán de congraciarse con él, acaso inclinase a los emperadores de Bizancio hacia la iconoclasia. El pueblo se dividió en dos partidos contrarios en una lucha que se mantuvo durante más de dos siglos.

    Finalmente, la victoria no llegó a favorecer a ninguno de los dos bandos, pues las imágenes siguieron siendo objeto de adoración y la Iglesia de Bizancio siguió unida al Estado. La cultura y arte bizantinos son el resultado de la fusión de tres elementos fundamentales: helenismo, cristianismo y orientalismo (influencias persas y sirias). El resultado sería una cultura brillante y refinada con un fondo netamente cristiano y unas formas orientales y paganas, pero carente de originalidad creativa: de Oriente tomarían la fastuosidad, la policromía, el antinaturalismo y la arquitectura de cúpula.

    La cultura y arte bizantinos ejercieron una considerable influencia en la Europa medieval. Su aportación más interesante sería el empleo de la cúpula, que se levanta, mediante unos triángulos esféricos (pechinas), sobre una planta cuadrada. Santa Sofía de Constantinopla, mandada construir por Justiniano, es el ejemplo más característico. En Occidente, unas buenas muestras de la arquitectura y decoración de mosaicos bizantinos - arte en el que fueron consumados maestros - las podemos encontrar en San Vital y San Apolinar de Ravena y en San Marcos de Venecia. En Rusia, la influencia del arte bizantino fue también decisiva: las iglesias de San Basilio (Moscú) y Kiev; los códices miniados, los iconos, etc.

    Interesantes fueron los trabajos en marfil, en forma de placas, que componían dípticos o polípticos. De época justinianea se conservan el políptico Barberini (museo del Louvre) y la cátedra del obispo Maximiliano (Ravena) que representa a San Juan Bautista, a los cuatro evangelistas y lleva el anagrama del prelado. De los siglos X-XII destaca el tríptico Haberville (museo del Louvre).

    De gran importancia fue igualmente la fecunda labor legislativa realizada por el Emperador Justiniano, gracias a la cual ha llegado hasta nosotros el Derecho Romano. El jurisconsulto Triboniano realizó la laboriosa recopilación de numerosos decretos romanos confeccionando una impresionante obra que recibe el nombre de Corpus Iuris Civilis. Este código fue hecho curioso, más útil a Occidente que al propio Bizancio: la recopilación, en latín, se realizó en unos momentos en que el Emperador de Oriente aspiraba a la reconstrucción de todo el antiguo Imperio Romano. Perdido este afán, los sucesores de Justiniano se vieron obligados a establecer nuevos códigos, en griego, para servir a un Imperio helenizado, cercado y replegado en sí mismo.

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

Apuntes para una historia universal

Apuntes para una historia universal
Lic. Rubén Cañedo Andalia,1 Lic. Caridad Karell Marí2
Los orígenes del imperio
La tesis de la política de Augusto, titulado así por el senado, fue la restauración. Restableció la paz en Roma y el Imperio. La restauración de Augusto proporcionó un entorno favorable para el más alto desarrollo de la literatura latina. Aunque la cultura griega mantuvo una influencia poderosa en toda la civilización romana, Augusto y sus lugartenientes estimularon y patrocinaron a un grupo de escritores y poetas cuya cultura literaria tenía sus raíces en el último período republicano. Desde el año 14, cuando murió Augusto, el gobierno imperial continuó su crecimiento.
Los últimos siglos del imperio romano
Durante los dos primeros siglos del imperio romano, Roma fue una ciudad con fantásticas riquezas, grandes edificios públicos y palacios privados, propiedades de las familias de la nobleza. Roma absorbió la cultura artística e intelectual de todas partes, impuso estilos y los probó en todo el imperio. Las aristocracias locales constituyeron una gran clase educada. El este griego fue lingüística y culturalmente diferente del oeste latino, pero estas diferencias se redujeron producto de la educación. Hacia el siglo IV, muchos traductores, trabajaron en la traducción del cuerpo documental de la filosofía, la ciencia y la teología griega. La educación de las clases gobernantes era greco-romana. En la literatura y el arte, el siglo II fue la era de plata. En las leyes y la administración fue la era de oro.
Sin embargo, hacia el siglo III, una crisis económica, política y militar debilitó considerablemente el poder del imperio. La restauración del orden se produjo a principios del siglo IV.
La cristianización del imperio
El cristianismo como religión profundamente antagónica con la política y los valores vigentes en la sociedad romana del siglo I llegó a convertirse en la religión predominante del imperio a finales del siglo IV. En el 313, Constantino publicó un edicto de tolerancia a la cristiandad, conocido como Edicto de Milán.
Durante el siglo IV y V, la Iglesia se desarrolló como institución. Sin embargo, internacionalmente se encontraba poco organizada y carecía de una forma de resolver sus disputas. Era entonces necesario crear un orden mundial. Roma, donde según la tradición murió el apóstol Pedro, reclamó su primacía y se apropió del título de "Papa". El primer Papa fue León I, él fue también el primero en elaborar una doctrina completa de la Iglesia.
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Dos siglos después, en el año 753, Pipino El Breve donó al Papa Esteban II, un territorio, situado en el centro de Italia, con ella nacieron los estados pontificios.
Fuente: Apuntes para una historia universal

Lic. Rubén Cañedo Andalia,1 Lic. Caridad Karell Marí2

HISTORIA UNIVERSAL: CRONOLOGÍA BÁSICA

HISTORIA UNIVERSAL: CRONOLOGÍA BÁSICA
1543
Nicolás Copérnico postula el modelo heliocéntrico del sistema solar.
1545- 63
Concilio de Trento
1547
Nace Miguel de Cervantes, el más notable escritor español de todos los tiempos.
1562
Nace Lope de Vega, prolífico escritor español.
1564
Nace William Shakespeare, notable escritor inglés.
1568
Se inicia la guerra de la independencia de los Países Bajos.
1569
En Madrid se publica La Araucana, obra épica de Alonso de Ercilla y Zúñiga.
1572
Batalla naval de Lepanto.
1577
Nacimiento de Peter Paul Rubens, pintor barroco flamenco, en Alemania.
1588
Fundación de Virginia.
1590
Los hermanos Juan y Zacharías Janssen inventan el microscopio.
1599
Nace el pintor español Diego de Velázquez.
1605
Miguel de Cervantes publica la primera parte de El ingenioso hidalgo Don
Quijote de la Mancha
Fuente: HISTORIA UNIVERSAL: CRONOLOGÍA BÁSICA


La civilización Bizantina- ECONOMÍA Y SOCIEDAD.


La civilización Bizantina
ECONOMÍA Y SOCIEDAD.  Se ha señalado la importancia que para la economía de Bizancio había de tener la pérdida de sus provincias mercantiles e industriales ante el empuje musulmán. A partir del siglo VII, una economía agropecuaria de grandes latifundios y socialmente de tipo feudal, va a ser su característica. Únicamente la capital, Constantinopla, se mantuvo como centro mercantil de primera categoría; monopolizó durante siglos el comercio de la seda, las especias, las maderas de sándalo, de los esclavos, etc., ya que las más importantes rutas comerciales tenían como punto de escala a Bizancio (Asia Central, Norte de África, pueblos germanos). La piratería árabe y la creciente competencia de las repúblicas italianas (Génova, Venecia) hicieron decaer, en sus últimos momentos, la preponderancia de esta ciudad, que fue, sin lugar a dudas, la más importante del Mediterráneo durante la Edad Media.

    Todo el sistema económico bizantino estaba estrictamente regulado por el Estado, que fiscalizaba todas las actividades rurales, urbanas o de comercio. El Estado, por ejemplo, fijaba el precio al que habían de comprarse las materias primas y venderse los productos manufacturados.

    El impuesto sobre la tierra, la mayor fuente de riqueza del Imperio, fue el sostén de la economía bizantina. Los impuestos solían recaudarse en especie y el campesino se vio agobiado por ellos; tanto es así que buscaron como solución vender sus tierras al terrateniente, trabajándolas como arrendatarios. Los latifundios aumentaron considerablemente y el sistema del colonato creado por el Estado, según el cual el campesino estaba obligado a cultivar y acaso a ampliar las tierras heredadas, pero tenía prohibido abandonarlas, decayó.

    La pirámide social presentaba, en su cúspide, a un Emperador absoluto que reunía en sus manos el poder temporal y espiritual. Bajo su autoridad directa se hallaba el primer ministro (encargado de la administración central, de la diplomacia y de los asuntos del palacio imperial). Junto a este, y con categoría difícil de precisar, se hallaba el patriarca de Constantinopla, auténtico ministro de asuntos eclesiásticos.

    La Hacienda Pública, como principal sostén del Estado, estaba regida por dos ministros. Una burocracia especializada creo una organización administrativa eficaz y centralizada. La diplomacia bizantina, auténtico modelo en su época, contribuyó a extender el prestigio del Imperio entre todos los pueblos. Junto a esta auténtica nobleza funcionaria, eminentemente ciudadana, existía una nobleza territorial latifundista, por debajo de la cual se encontraban los propietarios, militares, colonos, campesinos y esclavos de la tierra. En las ciudades, en especial en Constantinopla, tanto artesanos como comerciantes se veían obligados a estar constituidos en gremios.

    En cuanto a la organización militar merece especial atención el sistema, antes mencionado, de las «themas», verdaderos ejércitos de colonos-soldados provinciales, al mando de un estratega responsable únicamente ante el Emperador. Se ha visto en la «thema» un auténtico germen del feudalismo, ya que muchas familias nobles recibían tierras en las fronteras a condición de que ellas, por sus propios medios, organizasen su propia «thema».

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer 

EL ESTADO BIZANTINO

EL ESTADO BIZANTINO.  Puede considerarse al Estado bizantino como una tecnocracia, cuyo sistema de gobierno característico era el «césaro-papismo», que afirmaba la supremacía del Emperador sobre la Iglesia y, según el cual, el monarca (basileus) era el único representante de Dios en la Tierra. Tanto es así que su mandato no expresaba la voluntad del Estado, sino la de Dios. La diferencia con un Occidente, donde se produce la dualidad de poderes entre el Emperador y el Papa, es evidente.

    El poder, si bien en un principio no era hereditario - pues no se podía condicionar la voluntad divina a unas leyes sucesorias -, terminó por ser monopolizado por una serie de dinastías que terminaron practicando el sistema de la herencia (Isáurica, Macedónica, etc.).

    Si en un principio, en tiempos de Justiniano, predominó la idea de la «recuperatio imperii», con sus sucesores y a la vista de los peligros exteriores, el Imperio Bizantino se replegó sobre sí mismo y se helenizó rápidamente. Bizancio apartó la vista de Roma y se dedicó a su reconstrucción interior. El escaso interés de Bizancio por Occidente hizo que su vacío imperialista fuese rápidamente rellenado: la idea de Imperio en Occidente volvió a renacer con Carlomagno. A partir de estos momentos (año 800) había dos imperios cristianos herederos de Roma: el Papa y el Emperador de Occidente y el Patriarca y el Emperador de Oriente. Eran dos mundos contrapuestos que perseguían objetivos diferentes y antagónicos.

    El conflicto ideológico entre las dos Iglesias surgió pronto (Focio, año 858) y había de consumarse en tiempos del patriarca Miguel Cerulario (año 1054), con la escisión definitiva entre las dos Iglesias (católica-romana y ortodoxa-bizantina). El motivo inicial del conflicto fue que Constantinopla, al desaparecer el Imperio Romano de Occidente, pretendió ser la capital no sólo temporal, sino también espiritual, negando este último derecho a la Iglesia Romana.

   Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

El Imperio Bizantino - ESPLENDOR Y DECADENCIA.

   

ESPLENDOR Y DECADENCIA.  El Imperio Bizantino había de alcanzar su máximo esplendor y extensión territorial con Justiniano (518-565), que intentó de nuevo la unidad mediterránea, llegando a dominar amplias áreas del mismo:  la Italia de los ostrogodos, el Norte de África de los vándalos y el Sur de Hispania de los visigodos. Su obra no le sobrevivió.

    Un hecho de singular importancia, el nacimiento de la expansión del Islam, desde el 622, había de poner en peligro la existencia del Estado bizantino reduciendo considerablemente su extensión territorial. En poco tiempo los musulmanes conquistaron Egipto, Palestina y Siria - provincias eminentemente industriales y comerciales -, dejando reducido al Imperio a las provincias que, por ser eminentemente agrícolas y ganaderas, eran más pobres (Asia Menor, Grecia, Balcanes).

    Al peligro musulmán hubo que añadir el peligro persa, frente al que mantuvo una estrategia defensiva, y la avalancha eslava, principalmente los ataques búlgaros. Para defender a este Imperio, por todas partes cercado, fueron creadas las llamadas «themas», ejércitos de colonos militarizados a quienes se concedía la explotación de un territorio con la obligación de defenderlo. El sistema se mostró realmente eficaz al principio, pero apareció un nuevo y definitivo peligro, el de los turcos otomanos, que en avance arrollador darían el golpe de gracia al Imperio Bizantino al conquistar la capital, Constantinopla, en el año 1453.
Fuente: Enciclopedia Temática Lafer 

LA CIVILIZACIÓN BIZANTINA


LA CIVILIZACIÓN BIZANTINA

    ELEMENTOS Y CARACTERÍSTICAS.  En el año 330, el Emperador Constantino el Grande fundó una ciudad (Constantinopla) en el lugar ocupado anteriormente por la colonia griega de Bizancio. Situada en la península de los Balcanes, donde el estrecho del Bósforo comunica al mar de Mármara con el mar Negro, su situación estratégica era inmejorable.

    Cuando en el año 395 el Emperador Teodosio divide sus dominios entre sus hijos (Honorio, Occidente; Arcadio, Oriente) puede decirse que comienza la historia del Imperio Bizantino separado del de Occidente, pero heredero del legado cultural de Roma.

    En este extenso Imperio Bizantino (Egipto, Siria, Asia Menor, Grecia, península de los Balcanes hasta el río Danubio) confluyeron tres elementos decisivos en la gestación de su cultura: el helenismo greco-romano, el espíritu cristiano y la mentalidad oriental.

    Entre las características fundamentales de su civilización merecen destacarse:

    -       Su carácter de heredero directo del Bajo Imperio Romano. Fue una civilización de síntesis, que dio forma original a la mezcla de elementos romanos (derecho, diplomacia, etc.) y helenísticos (literatura, arte, lengua). Durante unos siglos de descomposición política, será el único Estado europeo que pueda recibir el nombre de tal. Pervivirá en casi mil años al Imperio Romano de Occidente que le había dado origen;

    -       Fue el más importante lazo de unión entre Oriente y Occidente, comercial y culturalmente;

    -       Aglutinó en su seno a todos los pueblos a los que sometió sin perder por ello lo esencial de su individualidad. La lengua griega, el respeto a la persona del Emperador y la religión cristiana fueron los principales elementos de cohesión;

    -       Fue el principal baluarte del cristianismo, pese a sus diferencias con la Iglesia de Roma, y el difusor de esta doctrina entre los pueblos eslavos;

    -       Conservó en sus bibliotecas una gran cantidad de obras de la antigüedad clásica greco-romana. Extendió por los Balcanes y Rusia esta cultura. Bizancio contribuyó de forma decisiva en el movimiento renacentista al refugiarse sus sabios en Occidente, tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos (1453).

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

HISTORIA DEL HOLOCAUSTO: PANORAMA GENERAL


HISTORIA DEL HOLOCAUSTO: PANORAMA GENERAL
Mientras los Aliados tomaban medidas para llevar a los criminales nazis a la justicia, la creciente crisis de los refugiados amenazaba con sobrecargar los recursos de las potencias Aliadas. Durante la Segunda Guerra Mundial los nazis desarraigaron a millones de personas. Pocos meses después de la rendición alemana en mayo de 1945 los Aliados repatriaron a más de seis millones refugiados a sus países de origen.
Alrededor de 250.000 judíos refugiados incluyendo la mayoría de los judíos sobrevivientes de los campos de concentración no podían o no querían volver a Europa oriental por el antisemitismo de la posguerra y la destrucción de sus comunidades durante el Holocausto. Muchos de los que volvieron temieron por sus vidas. Muchos sobrevivientes del Holocausto se encontraron en territorio liberado por los ejércitos anglo-americanos y fueron alojados en campos de refugiados que los Aliados habían establecidos en Alemania, Austria e Italia. Allí se les unieron una oleada de refugiados, que incluía sobrevivientes del Holocausto en migración desde los puntos de liberación de Europa oriental y las zonas de ocupación soviética de Austria y Alemania.
La mayoría de los refugiados judíos esperaban dejar Europa e ir a Palestina y a los Estados Unidos, pero los EE.UU. todavía tenía una legislación severamente restrictiva en materia de inmigración y los británicos que administraban Palestina bajo un mandato de la defunta Liga de Naciones restringieron severamente la inmigración judía por miedo a las antagonías con los residentes árabes en el área del mandato. Otros países habían cerrado sus fronteras a la inmigración durante la depresión y la guerra. A pesar de estos obstáculos muchos judíos refugiados estaban deseando dejar Europa cuanto antes posible.
El grupo de la Brigada Judía formado como una unidad en el ejército británico a finales de 1944 trabajó con antiguos partisanos para ayudar en la organización de la Beriha (literalmente, el escape), el éxodo de los refugiados judíos a través de las fronteras cerradas desde el interior de Europa a la costa, en un intento de navegar hasta Palestina. Sin embargo los británicos interceptaron la mayoría de los barcos. En 1947 por ejemplo los británicos pararon el Exodus 1947 en el puerto de Haifa. El barco tenía 4.500 sobrevivientes del Holocausto a bordo que fueron obligados a retornar a Alemania en barcos británicos.
En la posguerra la crisis de los refugiados judíos cedió. En 1948 el Congreso de los EE.UU. aprobó la Ley de Personas Refugiadas que proporcionó hasta 400.000 visas especiales para refugiados desarraigados por los regímenes nazi y soviético. Alrededor de 63.000 de estas visas fueron dadas a judíos bajo la Ley de Personas Refugiadas. Cuando la ley expiró en 1952 le siguió la Ley de Ayuda al Refugiado que estuvo en vigor hasta el final de 1956. Además, en mayo de 1948 el estado de Israel se constituyó en nación independiente cuando las Naciones Unidas votaron la división de Palestina entre un estado judío y un estado árabe. Israel rápidamente tomó medidas para legalizar el flujo de inmigrantes judíos en el nuevo estado, aprobando legislación que autorizaba inmigración ilimitada de judíos a su tierra de origen. El último campo de refugiados cerró en Alemania en 1957.
Agradecimiento especial a Little, Brown and Company por el permiso para incluir de “Tell Them We Remember” por Susan Bachrach, 1994.

Fuente: HISTORIA DEL HOLOCAUSTO: PANORAMA GENERAL

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

  

HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Enajenado de alegría por el afortunado comienzo hizo que todos juraran lealtad al nuevo régimen. Dio otra arenga en la que dijo que no descansaría hasta ver a los criminales de noviembre derrocados, hasta que Alemania volviera a tener poder y grandeza, libertad y esplendor.
Un error desmoronó su plan. Se alejó por unos minutos de la cervecería y los tres jefes del gobierno huyeron. El ejército comenzó a aplacar el alzamiento. Se ordenó la disolución del partido Nacional Socialista de Trabajadores Alemanes y de las ligas combatientes. Hitler había planeado un golpe militar, quería una revolución con las fuerzas armadas, no contra ellas. Ludendorff, el legendario jefe militar, le propuso marchar hacia el centro de la ciudad y apoderarse de él. La policía y el ejército jamás se les opondrían.
A las 11 de la mañana del 9 de noviembre Hitler y Ludendorff enfilaron una columna con trescientos hombres hacia el centro de Munich. Iban con la svástica y un camión cargado con ametralladoras. Las fuerzas de asalto llevaban carabinas y Hitler su revólver. Hubo disparos con la policía, se cree que el führer hizo el primero. Dieciséis nazis y tres policías murieron. Hubo heridos y el resto cayó a tierra. Hitler fue arrestado y también Ludendorff. En pocos días, los jefes rebeldes fueron cercados y encarcelados. La intentona nazi había terminado en un fracaso. El partido fue disuelto. Aparentemente el nacional socialismo estaba muerto. La carrera de Hitler al poder fue brevemente interrumpida, sin embargo, usó el juicio como plataforma para desacreditar a las autoridades y hacer que su nombre fuera conocido más allá de Baviera.
HITLER EN CAMINO AL PODER
Hitler fue sometido a juicio. Cuando terminó, había transformado la derrota en triunfo. Impresionó al pueblo alemán con su elocuencia y el fervor de su nacionalismo. Su nombre apareció en los titulares. Proclamó "yo soy el único responsable, pero no soy un criminal". Su confianza en sí mismo estaba intacta. En prisión, esperando el juicio, prometió no volver a cometer los mismos errores. Ya sabía cómo construir el Estado nazi. Necesitaba al ejército alemán con él. Por lo tanto, buscó la reconciliación con él. Ludendorff fue absuelto. Hitler y otros acusados fueron encontrados culpables y fue sentenciado a 5 años de prisión en Landsberg. Nueve meses después, el 20 de diciembre, Hitler era excarcelado y en libertad podía continuar su lucha: derribar el estado democrático.
Hitler se había convertido en famoso y para los ojos de muchos, era un patriota y un héroe. La propaganda nazi convirtió este episodio en una leyenda del movimiento. En su prisión Hitler era tratado con honores. Tenía una habitación para él solo. Convocó a Hess y empezó a dictarle su libro: "Mi Lucha". El libro tenía poco de autobiográfico. Durante su primer año de canciller fue el autor más próspero de Alemania. Y por primera vez era millonario. En el régimen nazi el libro se leyó tanto como la Biblia. Era casi obligatorio leerlo y las familias se sentían protegidas si tenían el libro en sus hogares. Si este libro se hubiese leído antes, quizás el mundo se hubiera librado de una catástrofe. Ahí se exponía la clase de Alemania que pretendía hacer si llegaba al poder y la clase de mundo que quería crear mediante la conquista armada alemana.
La impronta del Tercer Reich y el bárbaro orden que Hitler impuso entre 1939 y 1945 se hallan expuestos con aterradora crudeza y con gran extensión y detalle en ese libro. El concepto de la vida que ahí se detalla fue abrazado fanáticamente por millones de alemanes y produjo la ruina de muchísimos seres humanos decentes y sin culpa. Como pretendía lograr un nuevo Reich:
· Ajustando las cuentas con Francia.
· Expandiéndose hacia el este, sobre todo a costa de Rusia.
El Tercer Reich sería gobernado con el principio del caudillaje, una dictadura. No le daba importancia a lo económico, el tema lo aburría. Creía que ninguna política económica era posible sin una espada, ninguna industrialización era posible sin poder. En su libro, Hitler deambula de un tema en otro. Escribió sobre todo: cultura, educación, teatro y cine. También escribió sobre lo que será la eugenesia del Tercer Reich: el matrimonio no puede ser un fin en sí mismo, sino que tiene que servir para su meta más alta: el aumento y la conservación de la especie y de la raza.
Veía toda vida como una eterna lucha y el mundo como una selva en la que sobrevivían los más capaces y gobernaban los más fuertes: un mundo donde una criatura se alimenta de otra y donde la muerte del más débil implica la vida del más fuerte. El fuerte debe dominar y no mezclarse con el débil, sacrificando así su propia grandeza...los que deseen vivir deben luchar y los que no quieran luchar no merecen vivir. ¿Quién era el fuerte, en valor y habilidad, el favorito de la naturaleza? El ario. Este era el meollo del ideario nazi: la concepción de una raza superior era la base del Tercer Reich y del nuevo orden de Hitler en Europa.
Los arios han logrado tantas cosas y conquistado supremacías pisoteando a los demás, pensaba. Hitler se revela en su libro con un sadismo difícil de entender. Para él, la mezcla de sangres, era un error cardenal. Ella mata a las viejas culturas y los hombres pierden resistencia.
Todos los que en este mundo no son de buena raza pertenecen a la broza, dice. ¿Y quién es la broza? Los judíos y los eslavos. Hitler llegó a prohibir el matrimonio entre alemanes y algún miembro de estas razas. Era ignorante de la historia y de la antropología. Para él los alemanes son la más alta especie en la humanidad que existe sobre la tierra y lo seguirán siendo si velan con cuidado por la pureza de su propia sangre.
Dice: "el Estado Popular debe colocar a la raza en el centro de toda vida, debe tomar las medidas necesarias para que solamente las personas saludables puedan engendrar hijos. Sólo hay una desgracia: traer hijos al mundo a pesar de las propias enfermedades y deficiencias. Es reprensible privar a la nación de hijos saludables".
Fuente: HISTORIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

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LOS VISIGODOS.


LOS VISIGODOS.  En España, el pueblo visigodo, intensamente romanizado y uno de los más cultos de los pueblos germánicos, por su intenso contacto con la civilización romana, va a dominar paulatinamente. Asentados en el Sur de Francia y Norte de la Península Ibérica, su superioridad militar les permitió la unificación política de Hispania.

    Se calcula que el total de la población visigoda era muy reducido (1 por 100 del total peninsular) y formaba una aristocracia terrateniente y militarista. Las dificultades de ensamblaje entre las dos poblaciones - visigoda e hispano-romana - fueron grandes.

    Si bien puede decirse que la superior cultura del vencido conquistó al vencedor (adopción del latín como lengua común y respeto a la legislación y religión hispanorromana), la religión (arriana) y el derecho consuetudinario germánico de los visigodos hicieron muy tardío la fusión. La tendencia nacionalista visigoda llegó, por ejemplo, en su intento de dificultar la integración a redactar códigos de leyes diferentes: el de Eurico, para los visigodos, y el de Alarico, para los hispanos. La unificación legislativa de Chindasvinto (642 652) borró estas diferencias («Liber Judiciorum»).

    Derrotados los visigodos en Vouillé (507) por el franco Clodoveo, se ven obligados a abandonar la Galia y refugiarse en España, estableciendo más tarde su capital en Toledo.

    La economía, fundamentalmente agropecuaria, mantuvo en su estructura (latifundismo), sus técnicas (arado romano) y sus producciones (cereales, vid, olivo, ganado ovino) los moldes romanos sin ninguna variación.

    La conversión al catolicismo del Rey Recaredo (III Concilio de Toledo, año 589) - y con él la de la minoría visigoda - y la unificación legislativa del siglo VII, permitió una mayor comprensión entre las dos poblaciones. Pero la temprana llegada de los árabes (711, batalla de Guadalete) y la escasa o nula oposición de la población hispana en su avance, parece demostrar que la mayoría hispana vivía entonces al margen de los intereses de la minoría visigoda, en cuyas luchas intestinas de la nobleza para lograr el poder (monarquía electiva) hay que ver la causa de su destrucción.

Fuente: Enciclopedia Temática Lafer

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